lunes, 27 de diciembre de 2010

Crema de col lombarda


   Desde que estoy en Viena me estoy aficionando (aún más) a todo tipo de cremas, purés y sopas, remedio perfecto para entrar en calor entre nevada y nevada. Así que cuando vi esta crema de col lombarda en el blog de La Tarte Divine no pude resistirme.

   La lombarda es una de nuestras verduras favoritas, aunque solíamos tomarla siempre con salchichas o en empanada con queso feta. Y esta cremita se ha convertido ya en otra de nuestras cremas del invierno. En la foto aparece acompañada de crujiente de puerro y lombarda frita, pero tal y como sugiere la receta original, al día siguiente le pusimos unas lascas de parmesano (a falta de Idiazabal) y estaba buenísimo también.

   Además tiene un color precioso, que cambia de tonalidad según esté más o menos caliente. Y ya sabeis que a mi las comidas "bonitas" me encantan.

Ingredientes:
   - 1 col lombarda pequeña o media grande
   - 2 puerros
   - 1 cebolleta
   - 1 vaso de leche entera
   - Aceite de oliva, sal
   - Para adornar: lascas de un buen queso curado

Preparación:
   Cortamos la col en tiritas finas, y reservamos unas pocas muy finitas para decorar. Cortamos también el puerro (reservando un trozo de unos 3 cm) y la cebolleta. Lo ponemos todo a pochar en una cazuela con un hilito de aceite. Salteamos unos 5 minutos, añadimos sal y cubrimos con agua.

   Dejamos cocer a fuego medio unos 20 minutos. Pasado este tiempo, trituramos con la batidora hasta lograr una crema fina y añadimos la leche.

   Mientras se hacen las verduras, en una sartén con un chorro de aceite bien caliente, freímos las tiritas de lombarda que habíamos reservado, sin parar de remover durante unos 3 minutos. Las retiramos y dejamos sobre un papel de cocina para que suelten el aceite sobrante. Hacemos lo mismo con el puerro cortado en tiritas finas, con mucho cuidado ya que se quema rápido. Escurrimos y reservamos.

   Servimos la crema bien caliente coronada del crujiente de puerro y la lombarda o unas lascas de queso. Ya puede hacer fuera el frío que quiera, que con esta cremita no tendremos problema alguno.


   Espero que estéis pasando unas fiestas muy especiales con todos los vuestros y que entréis con muy buen pie en el año nuevo.

   ¡Feliz Navidad y un maravilloso 2011 a todos!


martes, 21 de diciembre de 2010

Glühwein, vino caliente - Mercadillos de Navidad - Calendario de Adviento



   Que ilusión participar en el calendario de Navidad que cada año organiza Noema. Yo soy el día 21, ¡ya no queda nada para Navidades! Así que lo primero dar la bienvenida a todos los que llegueis nuevos, y saludar a los conocidos.


   Ya estoy de vacaciones, disfrutando de Getxo que me recibe lluvioso para que me vaya acostumbrando, pero os traigo una costumbre que me ha gustado mucho de Viena: Los mercadillos de Navidad. Igual que el resto de Austria y Alemania, al acercarse las fechas Navideñas, Viena se llena de mercadillos. Los hay más tradicionales, más turísticos... Pero en todos ellos ves a grupos de austriacos reunidos para disfrutar de un Glühwein (vino caliente) o en Viena más típico aún, un Punsch.


   Sería algo parecido a irse de cañas, pero aquí lo reservan para Navidad. Y el Glühwein, o lo detestas, o te engancha. Y a mi me ha enganchado. Algunos llevan mucho clavo, y entonces no me gustan tanto, pero me decanto por un Punsch, mucho más dulce, y listo. Como entona el cuerpo... al principio calienta las manos, y luego ya no te enteras del frío.

   Y por supuesto adornos, bolas, galletas, más adornos. Y mucha artesanía también: gorros, guantes, velas, jabones, figuras... Los mercados navideños en sí son preciosos, sobretodo los primeros días que estaban nevados, pero para mí, lo más entrañable, calentarse con una buena taza de vino caliente.


   El algunos mercadillos hay también puestos de comida, pero no es lo más típico, en todo caso unas tostas frías, o dulces, para asentar el estómago... y seguir bebiendo. La mayoría de las fotos que veis son del mercadillo del Rathaus, el ayuntamiento, que es el más grande y turístico, y el que menos gusta a los vieneses. Son de la visita que nos hicieron mis padres, que han sido los más rápidos en venir a vernos.


   Y aquí va la receta, para que vosotros también podáis brindar estas navidades. Lo he hecho con vino de Rioja, que como es más fuerte, lo he diluido en la misma cantidad de agua. Si tenéis un vino más suave, podéis poner menos agua. Y las especias, al gusto. Como os he comentado, a mi no me gusta el clavo, pero podéis ponerle todo el que queráis. 


Ingredientes:
   - 1 botella de vino tinto (750ml)
   - 3 vasos de agua
   - La peladura de media naranja
   - Especias: 1 rama de canela, 1 anís estrellado, 1 trozo de jengibre, 1 clavo de olor...
   - 2 cucharadas de azúcar

Preparación:
   En una cazuela ponemos a fuego medio todos los ingredientes menos el azúcar. Sin que llegue a hervir (esto es importante) lo dejamos a fuego medio unos 30 minutos. 

   Pasado este tiempo, lo colamos y añadimos el azúcar, y dejamos cocinar otros 5 minutos. 

   Servimos muy muy caliente, siempre en buena compañia y en tazas de barro o cerámica. 

Prost!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Vanille Kipferl - Galletitas de Navidad


   Lleva quince días nevando. Viena en Navidad es precioso. Las luces, los mercadillos, ¡y este año la nieve! Y pasta, pastas y más pastas. En Austria en Navidad se hacen pastas. Durante todo el adviento, y se guardan para Navidad. "Tienen que reposar". No hay más que ver el ataque "galleteril" que le ha dado a Maite este año...

   Yo no llego a tanto, pero no quería irme de vacaciones a casa sin hacer unas lunitas de vainilla que son tan típicas por estas fechas. La receta la he adaptado de esta, después de dar unas cuantas vueltas, pero no se muy bien cual es la fuente real, ya que la he visto literalmente escrita en un montón de páginas... 


   Tienen un sabor buenísimo a almendras y avellanas... me encantan. Y además, así llego a tiempo al concurso de recetas navideñas de Lazy Blog, y Santa Teresa ¡que no creía que fuera posible! Una vez más, Paco, ¡gracias por organizarlo y meterte en estos "fregaos"!


   Estas galletitas son ideales para disfrutarlos con un té calentito mientras ves nevar por la ventana. Sofá, manta, un buen libro y Vainille Kipferl...

Ingredientes:
   - 135g de harina
   - 40g de almendra molida y 35g de avellanas molidas. Pueden variar las proporciones, pero que sean 75g en total
   - 50g de azúcar
   - 150g de mantequilla
   - 1 huevo
   - 1 cucharadita de azúcar avainillado
   - Para decorar: azúcar glás y azúcar avainillado

Preparación:
   Mezclamos todos los ingredientes hasta hacer una masa blanda. Si se pega mucho a las manos podemos añadir más harina, yo le puse unos 20g más en total. Pero en cualquier caso debe quedarnos una masa muy blanda. 

    Dejamos enfríar en la nevera tapada con film al menos una hora, para que endurezca. Si no, no podremos darles forma.


   Una vez pasado este tiempo, precalentamos el horno a 180º. Vamos sacando la masa de la nevera en pequeñas porciones, ya que se ablanda enseguida. Con la porción que saquemos, hacemos un macarrón largo de 1cm de diámetro aproximadamente, y lo cortamos en trozos de unos 4-5cm. Le redondeamos las puntas y le damos forma de media luna. Aquí en Viena venden unos moldes para que te salgan todas exactamente iguales, pero la forma tradicional de hacerlas en esta, y tiene su encanto esas pequeñas diferencias.

   Las vamos colocando en una fuente con un papel de horno o bandeja antiadherente, volvemos a sacar otra porción de masa y seguimos moldeando.


   Las horneamos unos 15 minutos, aunque cada horno es un mundo. En cuanto empiecen a dorarse ya están listas. Tan sólo queda espolvorear con azúcar glas y azúcar avainillado cuando aún están calientes, ¡y a disfrutar!


lunes, 13 de diciembre de 2010

Carrilleras de ciervo cascajares sobre puré de patata

   
   Tengo esto cada día más abandonado, lo se, pero entre unas cosas y otras, últimos muebles, la primera visita en Viena, de mis padres, mercadillos navideños y un catarro de espanto no entro ni en la cocina...

   Hace tiempo me enviaron de Cascajares algunos productos para que los probara, ¡y revisando fotos me he dado cuenta de que no os las había enseñado!

   Carrilleras de ciervo y de cordero, muslos de gallo, rabo de toro... tenían todos una pinta estupenda, no teneis más que ver estas carrilleras de cordero, que estaban buenísimas. Vienen en una lata con su salsa, y con grasa de pato (que desechamos, o aprovechamos para hacer unas patatas, como hizo Paco) para conservarlas, y la mayoría de los platos tan sólo necesitan ser calentados en el horno y listos para servir.

   La verdad es que lo que he probado me ha sorprendido por su calidad. Se nota que están hechos pensando en comidas algo más especiales, porque en un momento puedes tener listo un plato de fiesta sin mancharte las manos. 


   Yo las acompañé de un puré de patatas que emplaté usando un aro para que quedara más vistoso. El puré de patatas es algo que nunca me ha llamado mucho la atención, siempre me ha dado la sensación de que enmascara, suaviza, el sabor de los platos a los que acompaña, y por eso le tengo un poco de manía.

   Pero reconozco que nos acompaña perfectamente a cualquier plato con salsa (o también a algo sin ella, claro), es facilísimo de preparar, podemos hacerlo más o menos espeso dependiendo de como vayamos a usarlo. Se le pueden dar sabores: con queso, con hierbas... y sirviéndolo con un poco de mimo, nos sirve para decorar el plato, como lo he hecho yo, con un aro de emplatar, o por ejemplo, con una manga pastelera.

Ingredientes puré de patata:
   - 2 patatas grandes
   - Sal
   - 2 cucharadas de mantequilla
   - Un chorro de leche

Preparación:
   Cocemos las patatas hasta que al pincharlas con un tenedor o un palillo no ofrezcan mucha resistencia. Las escurrimos, dejamos enfriar unos minutos y las pelamos.

   Podemos aplastarlas con un tenedor, incluso con la batidora, pero a mi me gusta más con el pasapuré. Cuando las tengamos aplastadas, aún calientes, añadimos la mantequilla para que se funda con el propio calor. También podemos añadirle aquí un poco de queso o unas hierbas o especias, como tomillo, o pimienta...

   Por último, añadimos leche hasta conseguir la consistencia que más nos guste. En mi casa siempre se ha hecho bastante líquido, pero en este caso yo lo quería algo denso, para que sujetara a las carrilleras, y fue suficiente con un 1/4 de vaso aproximadamente.


Carrilleras de cordero Cascajares sobre puré de patata.
   Abrimos la lata y con cuidado separamos las carrilleras y su salsa de la grasa de pato, que es blanca y más sólida, con lo que la distinguiremos bien. Esta última la desechamos.

   Colocamos las carrilleras y la salsa en una fuente de horno y las calentamos el tiempo que indica en el envase (lo siento, las probé hace tiempo y no lo recuerdo).

   Mientras, con un aro, vamos colocando el puré de patata en los platos, que quede bien prieto, para que se mantenga.

   Colocamos las carrilleras sobre el puré y su salsa sobre ellas, y damos un último golpe de horno de unos 5 minutos, para que termine de soltar la salsa y la patata coja sabor.

   Y a disfrutar. A mi me han gustado mucho, os recomiendo esta marca para alguna ocasión especial, o para tener de fondo de armario para un día que querais daron un pequeño homenaje... Otro día os enseñaré los muslos de gallo de corral, que están también buenísimos. 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Macarrones con crema suave de Philadelphia, y resultado del sorteo


   Podría llamar a este plato "Pasta a la vienesa", porque es un plato de pasta que he repetido varias veces desde que estoy aquí, y que me tiene enganchada.

   Es una cosa de esas que surge por casualidad un día que tienes poco tiempo y mucha hambre, y que vas preparando la salsa mientras se cuece la pasta, añadiendo ingredientes de fondo de nevera...

   La idea de saltear los macarrones en mantequilla se la he copiado a mi hermana. No es muy ortodoxo, pero os aseguro que cogen un punto totalmente increíble. Un día os enseñaré su peculiar plato de pasta "de los sábados"...

   Por otro lado, quería agradeceros los comentarios de felicitación por mi primer año en el blog, muchísimas gracias a todos. Y como lo prometido es deuda, aquí tenéis el resultado del sorteo: he tenido 52 comentarios (incluyendo un par de ellos que han llegado hoy), y con mediante Random.org el número elegido ha sido:

   Es el comentario de La Cocinera de Bétulo. ¡Enhorabuena! No voy a desvelar aún que es el regalito para no desvelar la sorpresa. Pasaros por su blog, que está lleno de cosas riquísimas, ¡no os las podeis perder!

   Y no me enrollo más y aquí va la receta, que teneis que probarla sin falta (aunque las fotos no le hacen justicia...)

Ingredientes, por persona:
   - 100g de pasta corta: macarrones, lacitos...
   - 1/2 cebolla
   - 1 tomate pequeño
   - 1/2 pechuga de pollo, yo lo hice con un trozo que tenía reservado para una ensalada
   - Champiñones (opcional)
   - 1 chili rojo pequeñito, o una cayena (opcional)
   - 1 cucharadita de mantequilla
   - 1 cucharada grande de Philadelphia (normal o light)
   - Sal, aceite de oliva, pimienta negra

Preparación:
   Cocemos la pasta en abundante agua con sal, el tiempo indicado por el fabricante.

   Mientras, hacemos la salsa. Ponemos a pochar la cebolla cortada pequeñita con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Añadimos si queremos el chili limpio y sin pepitas, muy picado. Si vamos a usar cayena en vez del chili yo prefiero añadirla a la vez que el pollo, al final.

   Cuando empiece a ablandarse la cebolla, añadimos el tomate también muy picado (y si queremos los champiñones) y salteamos un par de minutos. Añadimos por último el pollo en taquitos pequeños, otra pizca de sal, un poco de pimienta, salteamos hasta que se haga y reservamos.

   En cuanto la pasta esté hecha, la escurrimos. En una sartén (la que habíamos usado para la salsa vale, si hemos retirado esta, o la propia olla de la pasta) ponemos la mantequilla, y en cuanto se derrita, añadimos los macarrones. Salteamos un minuto, con mucho cuidado de que no se peguen, que se queman enseguida.

   Añadimos la salsa que teníamos reservada, mezclamos bien, e incorporamos una cucharada de philadelphia, o un poco más. Tarda un poco en disolverse, tenemos que ir dando vueltas para que se mezcle por todo hasta que estçe bien mezclado. Podemos añadir más queso si vemos que no queda bien repartirdo, pero con una cucharada grande o un poco más por persona debería ser suficiente.

   El resultado es una pasta con una salsa cremosa pero suave, mucho más ligera que si usaramos nata, y que no se seca enseguida como pasa con otras, aunque hay que servirla inmediatamente en cualquier caso. Ya me direis si os gusta, ¡porque a mi me tiene enganchada!

sábado, 27 de noviembre de 2010

Un año de Anita Cocinitas. Gracias



   Hace un año, abrí un blog. Tenía tiempo libre, me apetecía hacer algo diferente, me estaba aficionando a visitar otros blogs que me parecían maravillosos...

   No se lo dije a nadie. Al principio ni a mi pinche. Y luego llegó un comentario. Y otro, y seguidores, y visitas... Todos los que me leéis y tenéis un blog sabéis de lo que hablo.

   Un año después, he publicado más de 160 recetas, tengo más de 250 seguidores del blog, más de 520 en Twitter, y en Facebook 665 amigos (si a muchos de ellos les puedo considerar amigos de verdad) y más de 250  seguidores del grupo del blog

   He conocido a gente fabulosa, he aprendido muchísimo más de lo que podía imaginar, estoy colaborando en los blogs de Mumumío y I Love Tapas, y sobretodo, he conocido una nueva afición que me encanta y me tiene enganchada, y no dejo de sorprenderme cada día, con que vengáis hasta aquí, a veces atraídos por una receta, pero otras a consultar, o a ver si hay algo nuevo, ¡con eso sí que me sorprendéis!

   Así que sobretodo lo que os quería decir con esto es: Gracias. Había pensado hacer un sorteo entre todos los seguidores del blog, pero no sería justo porque sé que muchos me seguís sin que sea público en Blogger, o a través de Facebook... así que entre todos aquellos que dejeis un comentario en este post hasta el próximo martes 30 de noviembre, sortearé un detallito. No os espereis nada importante, que nadie llegue aquí a través del sorteo y se piense que le va a tocar algo bueno! Más que nada será algo personal como agradecimiento a todos los que estais ahí.

   (Hoy no hay receta, sólo un pastelito de cumple-blog...)




jueves, 25 de noviembre de 2010

Brochetas de pollo al ras el Hanout y AIG2010


   Van pasando los días y poco a poco voy estando más instalada en la casa nueva. Ayer llegaron unas cuantas cosas que había dejado en Bilbao para que nos las mandaran mis padres. Y al ir abriendo cajas, me encontré con un montón de cosas de las que no me acordaba (madre mía, parece que ha pasado un montón de tiempo desde que hice las cajas), así iba dándome pequeñas sorpresas: platos para las fotos del blog, todos mis libros de cocina (que no es que sean muchos, pero los echaba de menos), y de pronto... ¡mi regalo del Amigo Invisible Gastronómico!

   Cuando tuve que dar a Bea la dirección para que se la enviara a mi AIG aún no había encontrado piso, así le dí la dirección de Bilbao, pensando en abrirlo en Navidades y rabiar hasta entonces. Así que doble ilusión al encontrarlo en las cajas. Sabía que igual venía en una de ellas, pero la verdad es que no me acordaba, ¡que ilusion!

   Mi amiga invisible ha sido Ana Rosa, de Hadas en la Cocina y la verdad es que me ha mandado un montón de cositas preciosas. Empezando por la caja, que tenía una postal monísima. Unos licorcitos de Liébana de los que daremos buena cuenta recordando el fin de semana que pasamos allí en agosto, ¡como me gustan Cantabria y Asturias!


   Una taza con tapita para el té, unas velas con forma de mariposa, un montón de moldes de silicona de formas y colores para muffins, un cartelito para la cocina y una lata con recetas de postres. Muchas gracias Ana por todo, ¡me encanta! A las recetas ya les he hechado un ojo, y me gutsan mucho: son postres fáciles y originales, sin horas de amasado ni cocción, ¡justo como me gustan a mí! Así que dentro de poco tendréis recetilla dulce para celebrarlo...

  Y bueno, como hoy me he vuelto a enrollar un montón, os traigo una receta fácil y rápida: unas brochetas de pollo marroquíes al Ras-El-Hanout. La única dificultad que tiene es encontrar las especias. Yo las ví en el Natschmarkt aquí en Viena y me lancé a por ellas, les tenía muchas ganas desde hacía tiempo. Ese mercado merece un post aparte, ya os lo enseñaré.

   Ras el Hanout es una mezcla de especias marroquíes sin receta fija. Significa la cabeza de la tienda, y tradicionalmente es la mejor mezcla de especias que cada tendero puede ofrecer, lo mejor de cada casa. 


   Como tantas otras de las que podeis encontrar en este blog, esta receta es una variante simplificada de unas estupendas brochetas marroquíes, que pueden ser de pollo, o mejor aún, de cordero.

  Pero hoy os las traigo en su versión rápida y fácil, otro día veremos una elaboración (un pelín) más elaborada.

Ingredientes:
   - 2 pechugas de pollo
   - Sal
   - 1 limón
   - 1 cucharada de Ras-El-Hanout
   - Aceite de oliva
   - Palillos de brocheta

Preparación:
   Cortamos el pollo en tacos no muy grandes, si son un poco planos mejor, para que al montarlos en la brocheta, esta nos quede algo más plana. Salamos y las mezclamos con el zumo de limón y las especias. Las dejamos macerando al menos 1 hora, pero mucho mejor si es de un día para otro.

   Un rato antes de montar las brochetas, ponemos los palillos en agua, vale con unos 10 minutos. Esto evitará que el pollo se quede muy pegado al palillo.

   Insertamos el pollo en los palillos, intentando que queden brochetas uniformes y las hacemos a la plancha, a fuego medio para que se hagan por dentro sin quemarse por fuera. Si tuvieramos barbacoa para hacerlas, mucho mejor, por supuesto.

   Nosotros no teníamos mucha hambre y las acompañamos con un poco de ensalada, pero un poco de cuscús con verduras les va estupendamente.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Strudel de manzana



   Madre mía, no paso por aqui, ni por vuestros blogs... Es que sigo organizándome y además sin internet en casa.

   Pero hoy os traigo ¡mi primera prueba de receta austriaca! Estaba de estreno de horno, por lo que tengo que pillarle aún el punto, y la masa comprada resultó no ser tan buena como esperaba. Pero aún así estaba buenísimo, así que os dejo la receta, sacada del libro de recetas de cocina austriaca que me compré nada más llegar. 

   ¡Y prometo repetir post con la receta de la masa casera! 

Ingredientes:
   - 1 masa para Strudel: masa filo
   - 500g de manzanas peladas y despepitadas. El libro recomienda de la variedad Cox.
   - 30g de pasas
   - 30g de azúcar
   - 30g de pan rallado
   - 30g de mantequilla
   - 1 cucharada de canela en polvo
   - Más mantequilla para pintar la superficie
   - Azúcar glasé
   
Preparación:
    Picamos muy pequeño las manzanas y las mezclamos con las pasas, la mantequilla, el azúcar, la canela y el pan rallado. Precalentamos el horno a 200º.


   Mi masa era bastante gordita, así que tuve que extenderla con el rodillo para que quedase más fina. Una vez bien estirada, la colocamos sobre un paño de cocina limpio.

   Colocamos el relleno (yo utilicé sólo unas 3/4 partes) en un extremo de la masa, y con un pincel, pintamos los bordes con mantequilla, para que se peguen al doblarlos.

   Doblamos los laterales hacia dentro, y después el extremo más cercano a nosotros sobre el relleno. Luego, con ayuda del trapo, vamos dándole la vuelta sobre el resto de la masa, para que se cierre sobre sí mismo. En las fotos podéis ver el procedimiento.


   Cuando lo tengamos bien cerrado, lo colocamos sobre una fuente de horno y lo volvemos a pintar con mantequilla. Horneamos a 200º unos 25 minutos. La masa tiene que quedar crijiente y la manzana blandita. Mi manzana quedó muy entera, pero en realidad estaba bien hecha, es sólo que no usé un tipo de manzanas adecuado.


    Lo colocamos sobre una fuente, volvemos a pintar con mantequilla, y espolvoreamos con azúcar. Se sirve templado, y se puede acompañar con helado de vainilla. Aquí lo típico es servirlo con una crema templada de vainilla.


viernes, 12 de noviembre de 2010

Coles de bruselas a la mostaza

    Como sabéis, colaboro desde hace más de un mes con el blog de Mumumío, y me han pedido que os cuente lo siguiente: Están elaborando una encuesta sobre la compra de alimentos por internet.

   Entre todos aquellos que participen, se sorteará un lote de productos de Carmen y Lola, consistente en: Una botella de aceite Arbequina, otra de vinagre de Jerez al Pedro Ximenez, sardinillas, berberechos, mejillones, un loncheado de jamón ibérico, unas alcachofas, unos espárragos y un verdejo de Carmen y Lola. Este lote tiene un valor de 50,79 €. Interesante, ¿no?


   Para ir a la página y hacer la encuesta, pinchad aqui.

   Además os aconsejo que paseis por la página web de Mumumío. ¿Publicidad? Si, pero ya sabeis que me gustan las cosas bien hechas, y creo que en Mumumío están haciendo lo realmente bien. Ya tienen activo su servicio de venta, con lo que puedes adquirir distintos productos de distintas tiendas haciendo tan sólo una compra.

   ¿Sabíais que se pueden comprar empanadas por Internet? Yo no las he probado, pero dicen que salen realmente buenas. Y mariscadas, y productos ecológicos, y carnes, y todos esos productos que no sabes donde encontrar... de verdad, pasaros y echad un ojo, os va a gustar seguro. 

   Y bueno, aprovechando que en el post de hoy en Mumumío he hablado de verduras de otoño/invierno, os traigo la receta de unas coles de bruselas a la mostaza que me encantan.

   Mi pinche, que no es muy fan de esta verdura (yo si...) dice que están buenísimas, y ya sabeis que es mi crítico de cocina, habrá que hacerle caso. Están muy buenas como primer plato, pero como tienen el toque de la mostaza se pueden poner también como guarnición, de pollo o carne, por ejemplo.

Ingredientes: 
   - 300g de coles de bruselas
   - 1 diente de ajo
   - 2 lonchas de jamón serrano o jamón ahumado
   - 1 cucharadita de mantequilla
   - 1 cucharada de mostaza
   - Aceite de oliva, sal

Preparación:
   Limpiamos las coles de bruselas quitando las hojas exteriores más feas y las partimos por la mitad, a no ser que sean pequeñitas. Las cocemos en abundante agua hirviendo con sal unos 15 minutos. Si os gustan más o menos hechas podéis adaptar el tiempo. Cuando estén listas las escurrimos.

   En una cazuela pequeña, con un chorrito de aceite, ponemos a dorar el ajo cortado en láminas. En cuanto empiece a tomar color añadimos unas tiritas de jamón serrano. Yo lo hago también con una especie de jamón york ahumado que encuentro aqui que le van también muy bien porque es más suave.

   Añadimos la mantequilla y en cuanto se derrita, incorporamos las coles de bruselas. Damos vueltas con cuidado de que no se rompan mucho y añadimos la mostaza. En cuanto demos un par de vueltas y la mostaza se reparta bien ya lo tenemos listo para servir.

Editado: Si al final del todo le añadimos un buen chorro de nata, además de convertirlo del todo en un plato poco ligero ¡queda totalmente irresistible!

   El primer día que hice esta receta, creía haber sacado la idea de Mikel, El Comidista, pero más tarde me dijo que no, que no le gustan las coles. Así que si a alguien le suena, por favor, ¡que me diga de donde me vino la inspiración!



  

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Empanadillas de espinacas y queso de cabra


   ¿Os acordais de que cuando hice los bocaditos de sobrasada y miel puse demasiado relleno y me sobraron obleas? Pues como estabamos a punto de mudarnos, aprovechamos para hacer una variedad distinta de empanadillas, no tirar nada de nada y hacer aprovechamiento de nevera.

   La verdad es que estaban buenísimas, así que se han convertido en receta clásica en casa. Además, comprando las espinacas de bolsa, que vienen limpias y partidas se tarda nada en hacerlas.

Ingredientes:
   - 12 obleas pequeñas de empanadillas
   - 1 bolsa de espinacas limpias y troceadas
   - 1 rulo de queso de cabra para ensaladas. Es como más fresco, no tiene corteza y viene troceado
   - Unas pasas, unos piñones
   - 1 huevo batido para pincelar
   - Sal, aceite de oliva

Preparación:
   Ponemos a precalentar el horno a 180º.

   En una sartén con una pizca de aceite, añadimos los piñones y las pasas, y damos vueltas hasta que cojan un poco de color. Entoces añadimos las espinacas. Parece que se van a salir, pero vamos dándoles vueltas poco a poco y enseguida encogen, y podemos añadir las que no cupieran al principio.

   Yo en este caso tenía las espinacas congeladas. Es un truco que os cuento. En casa solemos comprar las espinacas así limpias en bolsa, sobretodo porque mi pinche si se pone a la cocina, cuanto más fácil sea, mejor. Y porque, para que engañarnos, para unas prisas vienen fenomenal. Pero a veces nos pasa que van a ponerse malas y no las hemos comido. Pues al congelador y listo. Sin abrir la bolsa siquiera, si acaso para sacar el aire y la cerramos bien. Si las vamos a cocinar, como esta vez, salen estupendamente.

   Añadimos una pizca de sal y sofreimos las espinacas a fuego medio unos 5 minutos. Si han soltado mucho caldo, como en mi caso al ser congeladas, lo escurrimos un poco con cuidado. Añadimos el queso de cabra en trozos. El queso de cabra que utilicé yo es uno que venden en packs de dos, no tiene corteza. A mi me gusta mucho para ensaladas o para untar, con un poco de mermelada de tomate por encima...


   ¡Que me voy de la receta! En cuanto se funda el queso y haga un poco de masa con las espinacas, retiramos del fuego y dejamos templar.

   Sólo nos queda rellenar las empanadillas, de la forma tradicional, pintarlas con huevo batido, y hornearlas 15 minutos, o hasta que estén doradas. 

   Están perfectas frías, pero templadas o calientes no quiero ni imaginarmelo...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Ensalada con queso de cabra gratinado


   Poquito a poco me empiezo a adaptar a esta cocinita, y dentro de poco tocará mudarse y volver a adaptarse. Pero de mientras ya voy haciendo cositas ricas, aunque sin liarme demasiado. Ya he encontrado un buen sistema para la luz para las fotos, ¡así que las próximas serán estupendas ya! Estas son de hace un par de días, que no tenía yo perfeccionada la idea... pero eso sí, la ensalada estaba buenísima. 

   El queso gratinado para la ensalada es un clásico, pero no lo había yo publicado en el blog, y eso que ensaladas tengo unas cuantas. Este queso estaba un poco demasiado curado, cuando está "harinoso" queda mucho mejor, sobretodo de aspecto, pero aún así estaba buenísimo, y se prepara en un momento. 

   Además aprovecho la entrada para contaros un par de cosillas. La primera, un par de cambios en el blog. Hace unos días añadí un índice de recetas, que podéis ver arriba en la columna de la derecha. Puede que se me escape alguna receta, pero intentaré tenerlo actualizado con todas las que vaya añadiendo, ordenadas según el tipo de plato. Además, justo debajo podéis ver un resumen con las fotos de las últimas recetas publicadas, espero que os gusten los cambios. Hay también alguno más, pero esos son sin importancia, a ver si los encontrais. Me gustaría que me dijerais si con vuestro explorador (yo utilizo Firefox) hay algo que no encaja en su sitio o no se ve, ya que estoy intentando dejarlo bonito...

   Otra cosa que quería contaros es que he empezado a colaborar en el blog de Wikitapas, I Love Tapas, y estoy muy contenta con ello. La verdad es que junto a mis posts en Mumumío me ocupan bastante tiempo, así que si veis que tengo esto muy desatendido, os pasais a buscarme y me reñís, ¿vale? Espero que os gusten las recetas y los eventos que os iremos contando, desde luego tiene muy buena pinta, con compis así ya se puede, ¿no?


   Y bueno, voy con la receta, que es lo importante. ¡Menos mal que es corta!

Ingredientes:
   - 1 trozo de queso de cabra de rulo, como de 2cm de grosor
   - Lechuga
   - Tomate
   - Cebolleta
   - Jamón serrano
   - Frutos secos o como yo, frutos rojos deshidratados. Son del Mercadona y le dan un toque dulce a cualquier plato muy rico.
   - 1/2 manzana
   Para el aliño:
   - Sal, aceite de oliva virgen extra, vinagre de Módena, mostaza

Preparación:
   Ponemos el queso sobre una fuente válida para el horno, a gratinar. Si tiene corteza por arriba y/o abajo, se la quitamos, dejando sólo los bordes de los laterales. Gratinamos hasta que se dore y coja un bonito color.

   De mientras, colocamos el resto de los ingredientes troceados en la fuente donde vayamos a servir la ensalada. 
    
   Aparte, mezclamos los ingredientes del aliño: Una pizca de sal, 1 cucharada de vinagre de Módena, 3 de aceite y una cucharadita de mostaza. Mezclamos hasta que emulsione, o lo que es lo mismo, se mezclen bien todos los ingredientes y se haga como una crema.

   Cuando el queso esté listo, lo sacamos con cuidado y lo colocamos en el centro de la fuente sobre la ensalada. Ponemos con cuidado el aliño bien repartido y a disfrutar...


martes, 2 de noviembre de 2010

Bonito encebollado con salsa de soja


   En Austria no hay costumbre de comer pescado. Conclusión: No hay manera de encontrarlo. En el mercado sí, pero a precio de langosta... "para ocasiones especiales" como me dijeron el otro día...

   En el supermercado, sólamente en la sección de congelados. Y viene en forma de cubos. Luego no está mal de sabor, pero está cortado en forma de cubos, de 10x10 cm y 1cm de altura... pero bueno, es lo que hay, así que lo compro.

   Y que sorpresa al abrir el otro día una caja de atún, esperando encontrarme cubos de atún y me encontré dos estupendas tajadas!

   Se merecían una elaboración especial, así que nació este estupendo Atún encebollado con salsa de soja.

Ingredientes:
   - Atún limpio para 2 personas
   - 1 cebolla pequeña
   - 2 tomates de pera
   - 1 chile rojo fresco pequeñito (opcional).
   - 3 cucharadas de salsa de soja
   - Sal, aceite de oliva, pimienta negra
Preparación:
   En una sartén, con un poco de aceite de oliva, pochamos la cebolla en juliana un par de minutos, junto al chile picadito sin pepitas. Añadimos los tomates picados en dados pequeñitos, mezclamos bien y añadimos 3 cucharadas de salsa de soja. Tapamos y cocemos a fuego suave unos 10 minutos, hasta que la cebolla esté muy blanda.

   Cuando tengamos lista la salsa, la retiramos a un cuenco o plato aparte. Salpimentamos el bonito y lo hacemos en esa misma cazuela: que se dore por ambos lados, pero sin llegar a hacerse del todo. Añadimos la salsa que teníamos reservada, tapamos, y cuando rompa a hervir retiramos del fuego: terminará de hacerse con su propio calor.

   Original, fácil y rápido, con un ligero toque picante que le va estupendamente.

domingo, 31 de octubre de 2010

Crema de calabaza, naranja y Jengibre


   En Viena aún no ha llegado realmente el frío, y la verdad es que estamos disfrutando de unos días preciosos y soleados. Pero aún así hay que ir con bufanda y guantes, y el paisaje es totalmente otoñal.

   Nada más llegar aquí, el primer domingo, sin embargo, hizo un día de otoño total. Gris, lluvioso... y nos habían invitado a merendar a casa de unos conocidos. Crema de calabaza y castañas asadas, sentados junto a la chimenea. Me encantó. Y la crema estaba riquísima, tengo que conseguir la receta...

   De mientras, y rodeados por todas partes de calabazas de Halloween, a mi se encaprichó una sopa, pero con un sabor distinto a las que suelo hacer. A jengibre, y a naranja... Enredando por la red fui cogiendo ideas y el resultado fue esta crema, realmente buenísima.

   A mi me gusta mucho el sabor del jengibre, y a la sopa le da un toque picante que hace que caliente más aún, cuerpo y alma, como diría la reina de las sopas, Maite, de Hierbas y Especias

   El toque del yogurt le da un contraste estupendo, pero sin él está buenísima también. Lo de la decoración... tengo que practicarlo un poco más, el yogurt era más espeso de lo que creí en un principio... y bueno, bonita no quedo. Vistosa si. Y nos reímos un rato.

Ingredientes:
   - 700g de calabaza, pelado y sin pepitas
   - 1 puerro
   - 1 cebolla pequeña
   - 1 naranja
   - 1 diente de ajo
   - Jengibre: al gusto. Yo le puse un trozo de unos 2 cm, pero se puede poner algo menos
   - Yogurt natural cremoso
   - Sal, aceite de oliva, agua

Preparación:
   En una cazuela, con un poco de aceite sofreímos el diente de ajo en láminas, y a cebolla en juliana.  Añadimos el jengibre pelado y en trozos pequeños. Cuando empiece a ablandarse la cebolla, añadimos la calabaza en trozos pequeños y la parte blanca del puerro partida por la mitad y luego en trozos, añadimos sal y sofreímos unos 5 minutos, con cuidado de que no se quede.

   Necesitamos por un lado el zumo de la naranja, y por otro la piel. A mi me resulta más cómodo exprimirla primero (reservamos el zumo), y luego sacar con cuidado la piel, evitando coger mucha parte blanca. Valdrá con la peladura de media naranja. La añadimos a la cazuela y cubrimos de agua.

   Dejamos cocer a fuego medio unos 20 minutos, hasta que toda la verdura esté bien hecha.

   Retiramos las cáscaras de naranja, y con la batidora lo pasamos bien hasta lograr una crema fina. Añadimos el zumo que teníamos reservado y volvemos a batir para que se mezcle bien. Es mejor pasarlo después por un colador o chino para eliminar todas las ebras del jengibre, que resultan un poco desagradables. 

   Servimos bien caliente con una cucharada de yogurt natural. ¡Y que venga el frío, que ya estamos preparados para combatirlo!

viernes, 29 de octubre de 2010

AIG 2010



   Hace casi un año que empecé con el blog (madre mía, ¡un año ya!) y justo por entonces, la mayoría de los blogs que visitaba empezaron a recibir su regalo del Amigo Invisible Gastronómico. ¡Me pareció una idea genial! A mi me encanta hacer y recibir regalos, y ver la que había montada en este mundillo en que me estaba metiendo me pareció fantástico.

   Este año no quería perdérmelo por nada, pero con la mudanza por medio, la búsqueda de piso, el viaje... casi me quedo fuera! Por suerte, Bea, de el Rincón de Bea, que se está pegando un trabajo impresionante en hacerlo todo perfecto pudo abrir las listas de espera para que no se quedara nadie fuera. ¡Gracias Bea!

   Así que tal como aconseja ella, aquí van unas pistas, por si mi amigo/a invisible no me conoce.

   Para empezar diré que soy más de salado que de dulce, aún no me atrevo mucho con tartas y pasteles. Aunque esto se puede interpretar para el regalo de dos formas, dejaré que te inspires con la frase...

   Me encanta viajar, y por lo tanto, me gusta muchísimo conocer los platos e ingredientes típicos de cada sitio al que voy. Me apasionan los mercados. Así que algo típico de tu tierra seguro que me gusta.

   Y por otro lado todo chisme y cachivache de cocina me vuelve loca. Claro que no tengo cocina grande (en este momento ni siquiera tengo cocina estable) así que digamos "cachivachín" en vez de cachivache.

   Y que más decir, acabo de llegar a vivir a Viena, y me he venido cargadita de jamón, chorizo y aceite de oliva, pero hay tantas cosas que ni se me había ocurrido que echaría de menos... Tan sólo es una idea más, por si no se te ocurre nada. Desde luego, algo elaborado por tí seguro que es un acierto también.

   Y no doy más pistas, te lo tendrás que currar un poco también ¿no? Desde luego, seguro que me gusta, sea lo que sea. ¡Si a mi en realidad me gusta todo!

   Bueno, me voy corriendo a ver si tengo listo mi regalito cuanto antes, que ya queda menos para mandarlo.


lunes, 25 de octubre de 2010

Bocaditos de sobrasada y miel


    Al igual que la empanada de atún que os mostraba el otro día, estos bocaditos de sobrasada y miel los preparé para la fiesta de despedida que hicimos antes de marcharnos de Madrid con un montón de amigos. Lo celebramos en el bar Daily. 
   
   Por si no conoceis ninguno de sus dos locales, están muy bien para celebrar cumpleaños, despedidas... Hasta las 12 de la noche, el local está reservado tan sólo para la gente de las fiestas (2 o 3, dependiendo de los invitados de cada grupo, se está muy bien de cantidad de gente). No te cobran nada por el espacio, te hacen muy buen precio en las copas y permiten llevar algo de picoteo, hasta las 12 de la noche.

   Como tenían que ser cosas que no manchen, se puedan comer de pie y con las manos... nosotros hicimos un "menú" que creo que gustó mucho:

   - Bocaditos de sobrasada y miel
   - Empanadillas de espinacas
   - Mini-Sandwiches de tres tipos: paté, jamón serrano y queso, y cangrejo
   - Patatas, frutos secos...

   Todo muy fácil y para todos los gustos, que bastante teníamos encima con la mudanza como para andar organizando más...

   Estos triangulitos los llevó Paco, Futuro Bloguero, al Tapas&Blogs que celebramos en la Dehesa de la Villa, y nos encantaron. Y eso que yo soy poco amiga de la sobrasada, me parece que tiene un sabor demasiado fuerte. Pues con la miel y horneada en las masas de empanadillas queda con el sabor justo, un dulzor muy rico y encima vistosas... ¡éxito asegurado!


Ingredientes:
   - 1 paquete de sobrasada (unos 200g)
   - 2 paquetes de obleas pequeñas para empanadillas (hay 16 en cada paquete)
   - 3 cucharadas de miel
   - 1 huevo batido
   - Sésamo tostado

Preparación:
    Precalentamos el horno a 180º.
   Colocamos la sobrasada en un bol, le añadimos la miel y lo mezclamos bien hasta que quede una pasta melosa y uniforme.



   En el centro de cada oblea colocamos una pequeña porción de la mezcla anterior. La cantidad que yo puse era demasiado, ya que como podeis ver en las fotos, al hornear se desbordó bastante. Además me sobraron obleas ya que no llegó el relleno para todas. Aún así, el "copete" de sobrasada le dio un toque llamativo...


   Cerramos la empanadilla formando un triángulo, como podemos ver en las fotos. Si no se pegan los bordes, podemos humedecerlos un poquito con una gota de agua, pero en general se pegan bastante bien si hacemos un poco de presión.


   Colocamos sobre una silicona para el horno o un papel de hornear para que no se peguen y pintamos con huevo batido. Espolvoreamos con sésamo tostado, que se quedará pegado al huevo, y horneamos unos 20 minutos a 180º, vigilando que no se quemen.

   Se pueden tomar templadas, pero frías también están buenísimas, con lo que son perfectas para llevar a un picnic, como Paco, a una fiesta, como nosotros...


   ¡Que las disfrutéis!

viernes, 22 de octubre de 2010

Empanada de atún: facilísima



   Todavía tengo algunas recetas pendientes de mi cocinita madrileña, así que voy a ir enseñandooslas poco a poco. 

   Esta es una empanada tan sencilla que se hace sola. Mi pinche dijo una vez: "con lo que les gusta a todos cuando la preparas, si supieran lo fácil que es...". Y para que él diga eso, tiene que ser fácil fácil (Ojo, que le está cogiendo el gusto y lo mismo tenemos que cambiar lo de "pinche" por "chef" dentro de poco). Así que esta receta va dedicada a todos esos amigos que me siguen pero no terminan de animarse en la cocina: en la próxima merienda, tú llevas la empanada. Y triunfas. Seguro.

   Nos vamos a permitir llamarla empanada, aunque nunca podremos compararla con una buena empanada gallega, o esas a las que nos tiene acostumbrados Alfonso, de derechupete. Pero también llamamos a la que compramos en el super, seca y refrigerada... con esta receta, ya nunca más debemos caer en la tentación de comprarla hecha, ya vereís que fácil.



Ingredientes:
   - 2 masas de Hojaldre (en el super, frescas o congeladas)
   - 2 latas de atún en aceite
   - 1 bote de pisto
   - 1 huevo

Preparación:
   Precalentamos el horno a 200º.

   Escurrimos bien el atún y lo desmigamos en una sartén. No hace falta añadir aceite, bastará con el resto que nos quede en el bonito. A fuego suave, le damos unas vueltas para que coja temperatura y enseguida añadimos el pisto. Mezclamos bien, y en cuanto se caliente, retiramos del fuego y dejamos templar. (No os asustéis con las cantidades de las fotos, yo estaba haciendo el doble de cantidad que lo que pongo aquí).



   Estiramos una de las masas de hojaldre sobre la bandeja del horno, encima de una lámina de silicona, un papel de horno o el propio papel que trae el hojaldre, para que no se pegue. Ojo, es importante que la bandeja esté fría, o sino el hojaldre se derretirá y no podremos trabajar con él. 

   Normalmente, las masas que compramos en el super no vienen perfectamente igualadas y uniformes. Es importante estirar bien el papel, y si podemos, estirarla un pelín con un rodillo. Una botella redonda bien limpia, nos hace perfectamente el apaño si no tenemos rodillo. No estoy ablando de amasar, tranquilos, sólo de estirarla un poco. Si nos da pereza, pues tampoco pasa nada.

   Pinchamos ligeramente la masa con un tenedor, haciendo unas marquitas. Esto servirá para que no crezca el hojaldre.


   Ahora tan sólo tenemos que poner el relleno en la empanada, curbrir con la otra masa (que hemos estirado bien, igual que la otra) y cerrar bien los bordes, con un poco de cuidado, tan igualados como podamos. Hacemos un pequeño agujero en el centro, para que salga el aire y no se hinche demasiado, y si queremos podemos decorar con unas tiritas de hojaldre que hayamos guardado con antelación. 

   Batimos el huevo y pintamos la superficie de la empanada con ayuda de un pincel. Si no tenemos pincel, no pasa nada: cogemos un papel de cocina, lo mojamos en el huevo batido y pintamos con él la superficie.

   Al horno 20 minutos y listo. Tenemos que vigilarla al final, que tenga un color bonito: si vemos que necesita un poco más o un poco menos de tiempo para estar lista, nos adaptamos.



¿Veis que fácil? Como yo tenía platos cuadrados, corté el hojaldre de esta forma, y luego hice una más pequeña con la parte que sobraba: Como veis, podemos adaptarla para hacer individuales, como más nos guste.


¡Disfrutadla!
Related Posts with Thumbnails
 

Anita Cocinitas Template by Ipietoon Cute Blog Design