Van pasando los días y poco a poco voy estando más instalada en la casa nueva. Ayer llegaron unas cuantas cosas que había dejado en Bilbao para que nos las mandaran mis padres. Y al ir abriendo cajas, me encontré con un montón de cosas de las que no me acordaba (madre mía, parece que ha pasado un montón de tiempo desde que hice las cajas), así iba dándome pequeñas sorpresas: platos para las fotos del blog, todos mis libros de cocina (que no es que sean muchos, pero los echaba de menos), y de pronto... ¡mi regalo del
Amigo Invisible Gastronómico!
Cuando tuve que dar a
Bea la dirección para que se la enviara a mi AIG aún no había encontrado piso, así le dí la dirección de Bilbao, pensando en abrirlo en Navidades y rabiar hasta entonces. Así que doble ilusión al encontrarlo en las cajas. Sabía que igual venía en una de ellas, pero la verdad es que no me acordaba, ¡que ilusion!
Mi amiga invisible ha sido Ana Rosa, de
Hadas en la Cocina y la verdad es que me ha mandado un montón de cositas preciosas. Empezando por la caja, que tenía una postal monísima. Unos licorcitos de Liébana de los que daremos buena cuenta recordando el fin de semana que pasamos allí en agosto, ¡como me gustan Cantabria y Asturias!
Una taza con tapita para el té, unas velas con forma de mariposa, un montón de moldes de silicona de formas y colores para muffins, un cartelito para la cocina y una lata con recetas de postres. Muchas gracias Ana por todo, ¡me encanta! A las recetas ya les he hechado un ojo, y me gutsan mucho: son postres fáciles y originales, sin horas de amasado ni cocción, ¡justo como me gustan a mí! Así que dentro de poco tendréis recetilla dulce para celebrarlo...
Y bueno, como hoy me he vuelto a enrollar un montón, os traigo una receta fácil y rápida: unas brochetas de pollo marroquíes al Ras-El-Hanout. La única dificultad que tiene es encontrar las especias. Yo las ví en el Natschmarkt aquí en Viena y me lancé a por ellas, les tenía muchas ganas desde hacía tiempo. Ese mercado merece un post aparte, ya os lo enseñaré.
Ras el Hanout es una mezcla de especias marroquíes sin receta fija. Significa la cabeza de la tienda, y tradicionalmente es la mejor mezcla de especias que cada tendero puede ofrecer, lo mejor de cada casa.
Como tantas otras de las que podeis encontrar en este blog, esta receta es una variante simplificada de unas estupendas brochetas marroquíes, que pueden ser de pollo, o mejor aún, de cordero.
Pero hoy os las traigo en su versión rápida y fácil, otro día veremos una elaboración (un pelín) más elaborada.
Ingredientes:
- 2 pechugas de pollo
- Sal
- 1 limón
- 1 cucharada de Ras-El-Hanout
- Aceite de oliva
- Palillos de brocheta
Preparación:
Cortamos el pollo en tacos no muy grandes, si son un poco planos mejor, para que al montarlos en la brocheta, esta nos quede algo más plana. Salamos y las mezclamos con el zumo de limón y las especias. Las dejamos macerando al menos 1 hora, pero mucho mejor si es de un día para otro.
Un rato antes de montar las brochetas, ponemos los palillos en agua, vale con unos 10 minutos. Esto evitará que el pollo se quede muy pegado al palillo.
Insertamos el pollo en los palillos, intentando que queden brochetas uniformes y las hacemos a la plancha, a fuego medio para que se hagan por dentro sin quemarse por fuera. Si tuvieramos barbacoa para hacerlas, mucho mejor, por supuesto.
Nosotros no teníamos mucha hambre y las acompañamos con un poco de ensalada, pero un poco de cuscús con verduras les va estupendamente.