En casa nos gusta mucho el queso fresco, sobre todo a mi madre. Un buen trozo de queso fresco de buena marca (que no tienen mucha diferencia de precio con las más baratas o comerciales) es perfecto para una ensalada, aperitivo, y como más nos gusta, de postre. Ya sabéis que yo no soy muy de postres dulces, así que un buen trozo de queso, ya sea sólo, con fruta, con membrillo, nueces… para mí es un postre perfecto.
Esta receta la vi hace mucho tiempo, cuando comenzaba a pasear por los blogs de cocina, pero no recuerdo donde, de manera que si alguien la reconoce, ¡que me avise! La he hecho varias veces, pero supongo que cuando la descubrí no pensé que más adelante yo tendría un blog…
Lleva tan sólo queso y gelatina neutra, que no le aporta ningún sabor, de manera que aunque cambia la textura, el sabor del queso se mantiene, lo que junto a las frutas dulces me gusta mucho. He utilizado frambuesas y arándanos frescos dentro de la corona de queso, y fresas troceadas para acompañar, pero se pueden usar frutos del bosque congelados, membrillo, frutos secos… Yo puse un poco de crocanti como base, pero el caramelo se deshizo y tiñó un poco el queso. Es mejor usar almendras o nueces picadas sin más.
Os cuento cómo lo he hecho yo:
Ingredientes:
- Una tarrina grande de 500g de queso fresco
- Frambuesas
- Arándanos
- Fresas
- Frutos secos troceados
- 5 hojas de gelatina neutra
Preparación:
En un plato hondo, ponemos las hojas de gelatina a remojar unos minutos.
Con ayuda de la batidora, trituramos el queso hasta lograr una crema fina. Cuanto más triturado quede, mejor será el resultado.
En un cazo calentamos medio vaso de agua, y cuando esté a punto de hervir, añadimos las hojas de gelatina escurridas. Con ayuda de unas varillas, removemos hasta que la gelatina se disuelva completamente, y la añadimos al queso. Con las varillas removemos hasta integrarlo todo bien.
Ahora hay que montar el queso con las frutas en el molde que más nos guste. Yo utilizo una corona alta de flanes o bizcochos, y queda muy vistosa. La textura del queso es bastante densa, lo que hace que no se hundan las frutas y podamos colocarlas como queramos.
Ponemos algo más de un tercio de la crema en el molde, bien extendida, y hundimos en ella las frutas de la forma que más nos guste. Yo he intercalado frambuesas y arándanos. Cubrimos con otra cantidad igual de crema de queso, y repetimos la operación, hundiendo ligeramente las frutas en una posición distinta, para que a todo el mundo le toque de todas las furtas. Por último cubrimos con lo que queda de queso y extendemos unos pocos frutos secos picados por la superficie.
Hay que taparlo y dejar reposar unas horas en el frigorífico, hasta que cuaje la gelatina. Yo lo dejo toda la noche.
A la hora de servir, picamos unas fresas y cortamos otras en mitades o trozos grandes para decorar. Desmoldamos la corona de queso, y colocamos las fresas en el centro y alrededor, para que quede vistoso y servirlo todo junto.