jueves, 28 de junio de 2012

Mini tortillitas de calabacín al dente


   Hoy os presento una de las recetas menos fotogénicas de la historia. En casa hacemos un montón de veces estas mini tortillitas de calabacín, pero nunca llego a sacarles fotos, porque aunque están buenísimas, el aspecto no es nada fotogénico.

   Pero de hoy no pasa. Una vez más las estaba preparando y he pensado que tenía que compartir la receta. Acompañadas de un poco de ensalada, o de un gazpacho como hoy, son una cena ligera y sana, buenísima. Además, como pasa con la mayoría de las tortillas, se pueden comer frías o templadas y están también buenísimas.

   Aviso para cocinillas: en casa nos gustan las verduras de cualquier forma, a poder ser poco hechas. Por eso nos encantan estas tortillitas: el calabacín se queda casi crudo. Le da una jugosidad tremenda a la tortilla, como si llevara queso sin llevarlo, pero está casi crudo. Y se nota. Y me encanta.

   Las cantidades las hago un poco a ojo. La idea es que quede una proporción como cuando hacemos tortilla de patata, con más patata que huevo. En este caso más calabacín que huevo. En las fotos se ve más líquida de lo que me suele quedar. Pero no pasa nada tampoco. Cuando al ir friendo, al final nos quede casi todo huevo, lo podemos hacer a modo de tortilla francesa y queda riquísimo también.

   El jamón york es opcional, pero le da un sabor muy rico y hace un plato más completo, o eso creo. Yo lo hago por el sabor, pero se puede prescindir de él sin problema.

martes, 26 de junio de 2012

Fresquito inmediato: agua de menta y limón


   Hoy no toca receta. Toca un truco o una idea. Porque tengo calor. Y porque ayer fui al mercado y compré menta para una receta y la tendera me dio tres manojos porque se le estaban poniendo pochos. 

   Y uno: aquí no se tira nada. Y dos: me acordé de este truco para que el agua sea mucho más refrescante...

   ¿Limonada? no, no lleva azúcar. Aunque podemos echarle un poco y tendríamos un refresco casero estupendo. Pero la idea de hoy es darle un toque especial al agua para que sea más especial, refresque más... ¡y cero calorías!

   En la botella o jarra de agua, ponemos una ramita de menta y un chorrito de limón. Lo justo para que no sea ácido sino refrescante. ¡Fresquito inmediato!

   Ideal para tener listo en cualquier momento en la nevera, para sacar a la hora de la comida, para beber mientras escribes este post...

   Y cuando se acaba, se vuelve a rellenar con agua (y limón o sin limón) y la menta se mantiene fresca y soltando su aroma para más de una vez.

   Como hemos dicho, también se puede añadir más limón y un par de cucharas de azúcar y tendremos una limonada casera muy sana, con un toque de menta. Con mucho hielo... puro vicio. Pero para comer a mi no me gustan las bebidas dulces. Y de esta manera queda agua con un sabor muy rico y refrescante. 


   Pronto habrá más recetas, pero mientras tanto... ¡Disfrutad del verano!


  

jueves, 21 de junio de 2012

Vasitos crujientes de ensalada de rúcula con vinagreta de frutos rojos


   Ya estoy otra vez aquí, con una ensalada. Hemos arrancado la temporada, y es que a Linz han llegado también los calores. Además, cuando me enteré del #Diadelaensalada, al pensar alguna original para poder participar, se me ocurrieron estos vasitos crujientes de ensalada de rúcula con vinagreta de frutos rojos.

   Al final no pude encontrar los ingredientes, así que preparé una Erdäpfelsalat o ensalada de patata austriaca, que tenía muchas ganas de enseñaros. Pero claro, tenía la idea de los vasitos rondando por la cabeza y estaba deseando hacerlos. Además, el fin de semana compré pasta filo para hacer unos triángulos de feta y cilantro y me sobró... o tal vez hice que me sobrara, para tener escusa para estos vasitos...

   La idea inicial era preparar esta receta con frambuesas y espinacas. Pero vi unas grosellas fantásticas llamándome a gritos, y no pude resistirme. Si preferís hacerlo con frambuesas, que son más fáciles de encontrar, o con fresas, quedará genial también. Las hojas también al gusto: rúcula, espinacas, acelgas baby, canónigos... 

   Los vasitos son muy fáciles de hacer. Tan sólo hay que tener cuidado de que no se quemen y son una idea estupenda para presentar ensaladas, postres... (bajad hasta abajo del todo si queréis ver lo que hice con uno que me sobró). La verdad es que la pasta philo o filo se maneja estupendamente y da mucho juego. 

   Y la ensalada me ha encantado, tanto de sabor como de aspecto. ¿No os parece que quedaría genial en una comida de Navidad? Esas bolas rojas sobre fondo verde me han parecido preciosas. Espero que os guste tanto como a mi.

viernes, 15 de junio de 2012

Champiñones rellenos de Crème fraîche a las finas hierbas


   No os podéis hacer a la idea de lo fácil y rica que es la receta que os traigo hoy. En realidad no es casi ni receta... Mezclar y rellenar, 10 minutos. hornear, 20 minutos. En el plato no duran ni 5...

   Estos champiñones rellenos de Crème fraîche sólo tienen un problema, y es que no se pueden parar de comer...

   La receta es de Fabien (bueno, en realidad de su madre), siempre los preparaba cuando íbamos a su casa. Yo no lo hago porque al pinche no le gustan los champiñones. Pero es que son fantásticos para tenerlos listos y meterlos al horno cuando aparecen los invitados. O cuando empieza el partido, o cuando te da la gana, ¡que vicio!

   La Crème fraîche (crema fresca en francés) es un lácteo típico de la cocina francesa. Denso, con un 35% de materia grasa, es un poco ácido, como el yogurt (pero muchísimo más denso). Debe ser porque como en éste, las bacterias Lactobacillus son las encargadas de cortar la leche y hacer la crema fresca. Aunque es parecida a la crema agria, que también podemos encontrar en las tiendas, no es lo mismo, y tienen distintos usos. Hoy en día es fácil encontrar Crème fraîche en los supermercados grandes.

   Los champiñones lo ideal es que sean de tamaño uniforme y no muy grandes, mucho mejor si son de bocado. Y para dar sabor, las hierbas o especias que más os gusten. Yo he utilizado hierbas provenzales, un poco de tomillo y una pizca de pimienta. Al gusto.

   Mientras preparaba los champis, me ha venido mucha gente a la cabeza. Primero, Fabien, que ahora está en India, y se le echa de menos...

   Y en mi hermana y en Ana y Jorge. No se por qué, pero me da que les va a gustar mucho. A Elena, porque sí, por el sabor. A Ana y Jorge, por lo fácil que es preparar un aperitivo aparente, de esos que les gustan...

   ¿Todavía no habéis salido corriendo a comprar para prepararlos este fin de semana?

miércoles, 6 de junio de 2012

Erdäpfelsalat, o ensalada de patata austriaca


   ¿Un mes sin publicar y ahora dos recetas en un día? Sí. Y es que ayer me dijeron que hoy era el #Díadelaensalada. ¡Pero si soy una ensaladaadicta! ¿Como no apuntarme? 

   La mayoría de ensaladas que hacemos en casa no las publico. Son básicamente todo lo que aparece en la nevera, cada día con un aliño distinto. Si, y es que a no ser que haga mucho frío y nos pasemos a la sopa, en casa casi cada noche hay un plato de ensalada acompañando a la cena.

   Así que aquí está mi contribución al #Diadelaensalada. Esta ensalada de patata austriaca es todo un vicio. La verdad es que he intentado alguna vez prepararla en casa. Pero al no tener mucho éxito logrando el sabor auténtico, había dejado de intentarlo. En un supermercado la venden hecha por ellos a diario (se supone) al peso, barata y riquísima, así que ni me molesto. Si nos apetece Kartoffelsalat, vamos al Merkur. Pero parece que por fin he encontrado una receta con la que sale muy rica, aunque sigue sin ser como las que encuentro fuera de casa...

   Kartoffelsalat en alemán, Erdäpfelsalat en austriaco. Que parece lo mismo pero no lo es... Y la ensalada de patata alemana no tiene nada que ver con esta. Aunque aquí también se llama a esta ensalada Kartoffelsalat, pero en Alemania el revés no... ¿me entendéis? Bueno, pues probadla. Que el resto no importa...

   Me puedo comer un kilo yo sola, pero lo normal es que la sirvan en un pequeño cuenco acompañando al plato principal. Más popular que las patatas fritas, todo lo acompañan con esta ensalada.

   Así que esta vez sin hojitas de lechuga... ¡Feliz #Diadelaensalada!  (¡No dejéis de pasar por el blog de @comoju para ver el recopilatorio de todos los que hemos participado!)

Pasta al pesto rosso o pesto di pomodoro


   Si os gusta el intenso sabor de los tomates secos, os va a encantar esta pasta. Con un sabor fuerte, un toque picantito, que no puedes parar e comer...

   Como siempre, esta es mi versión, de la pasta al pesto rosso o pesto di pomodoro. Pesto de tomates secos. Perfecto para untar en pan, como aperitivo. O para servir con un plato de pasta poco fotogénica pero que te hace quedarte con ganas de repetir pronto...

   Me acostumbré a encontrar tomates secos en Madrid en cualquier supermercado y una vez quise comprarlos en Bilbao y mi madre mi miraba como si estuviera loca. Lo peor es que en todas partes me ponían cara rara, y tuve que acabar comprándolos al peso en el Corte Inglés... ¿Vosotros los encontráis fácil?

   Aquí en Austria, con la influencia de la cocina italiana se ven en todas partes y siempre tengo en casa. Para preparar un pesto, para cortarlos en tiritas y añadirlos desde a pizzas a ensaladas, para alegrar un guiso... 

   En algún lugar leí que para aliñar la pasta con pesto rosso, este se podía mezclar con ricotta. Es así como suelo hacerlo, pero si no tenéis se puede mezclar con requesón o algún queso tipo crema. Yo lo he llegado a hacer hasta con nata. Es igualmente adictivo. Otra opción es añadirle más cantidad de aceite, pero a mi me gusta más con el queso. ¡Animaos a probarlo!
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