martes, 2 de diciembre de 2014

Crema especiada de boniato



   Ya es casi invierno, por aquí hace frío... y a mi lo que me más me apetecen son sopas y purés bien calentitos. Y si además vienen cargaditos de especias y aromas como esta crema de boniato con especias, aún más. 

   Si me seguís por Facebook o Twitter, igual os enterasteis de que hace unas semanas, tras una visita al dentista, tuve que estar a dieta blanda una semana. Así que aproveché para algunas pruebas en la cocina, y para repetir alguna que otra receta que tenía sin publicar o hacía mucho que no preparaba. La verdad es que no me importó demasiado, ya que me encantan las cremas y purés, y llevaba mucho tiempo sin dedicarme a ellos.

   Además, tal y como os conté en el post de la crema de brócoli y Gorgonzola, desde que recibimos una cesta semanal de verduras en casa, estoy descubriendo unas cuantas verduras y raíces nuevas que no había usado nunca. Es el caso de los boniatos o batatas, o patatas dulces como les llaman aquí, que había visto alguna vez pero nunca había probado. 

   Así que cuando en mi cesta me encontré unos cuantos boniatos, empecé a idear qué hacer con ellos. Fue mi compañera de trabajo quien me recomendó probar este puré con boniato y especias. Y como imagináis, no tardé en hacerlo en casa. El resultado nos gustó mucho Es un plato contundente, rico en hidratos, por lo tanto lo prepararemos menos que otras cremas de verduras más ligeras. Pero es estupendo para los días fríos y la larga temporada de esquí y nieve que tenemos por delante. En cualquier caso, como llena bastante, resulta estupendo para tomar tan sólo un cuenco pequeño de primer plato para entrar en calor. 

martes, 25 de noviembre de 2014

Lentejas guisadas con calabaza


   En mi casa siempre se han comido las lentejas con chorizo. O sin él, si queremos un plato más ligero, pero con sabor a pimentón, con su patata, puerro... Hace un par de inviernos descubrí otra forma de hacerlas muy distinta, con limón y especias. Desde entonces las preparo así de vez en cuando también. 

   Pero había oído a mi amiga Laura hablar de las lentejas con calabaza, que es como se preparan en su casa, y tenía muchas ganas de probarlas. Así que finalmente el otro día le pedí la receta. Y como suelo hacer, acabé preparándolas de una forma diferente a como me dijo ella. Así soy yo... Ella tritura todas las verduras juntas, salvo las lentejas, y aunque tiene que estar buenísimo, me parecía más aburrido. A mi me apeteció encontrarme los trocitos de calabaza (que le vamos a hacer si soy una adicta a la calabaza). Además me parece más vistoso así, con los trozos naranjas. 

   Tuvimos la duda de si la calabaza sería demasiado dulce, pero la verdad es que para mi gusto estaba estupenda. Las lentejas tienen ese sabor que combina tan bien con chorizo y panceta como con curry o especias, y con la calabaza no ha sido distinto. Me ha encantado el contraste. Ya tenemos otra receta de lentejas. 

   En este caso las he preparado bastante secas, pero si os gustan más caldosas, tan sólo hay que ir ajustando las cantidades de agua durante la cocción. Un poco más de agua, un hervor, y listo. Los tiempos de cocción también son variables. A mi me gusta la calabaza muy entera, casi crujiente, pero que ceda al morder. Si os gusta más deshecha, acortad la primera cocción y alargad la segunda (ver receta): las lentejas necesitarán en total unos 40 minutos, aunque depende mucho del tipo de lenteja. 

   Espero que os guste esta manera distinta de prepararlas: ligera, fácil, vegetariana, y un buen plato de cuchara para el frío que, al menos a Austria, ya ha llegado. 

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Crema de brócoli y Gorgonzola


   Tras meses sin publicar en el blog, vuelvo, por ahora, cargada de energías e ideas. Ganas de retomarlo, de darle un merecido lavado de cara, de meterme de lleno en nuevas aventuras gastronómicas, de reconciliarme con la cocina... ¡Espero que me duren estas renovadas energías! 

   De momento vuelvo con uno de los descubrimientos que he hecho en los pocos experimentos gastronómicos de los últimos meses. Un puré de brócoli y Gorgonzola que tiene robado mi corazón. 

   Hace unos meses que recibimos cada dos semanas una cesta de frutas y verduras ecológicas en casa. A parte de la calidad de los productos, me gusta mucho porque me anima a preparar las verduras que tengo en casa, aunque tenga pocas ganas de cocinar, y porque estoy descubriendo un montón de verduras que en Austria se consumen mucho pero yo no sabía hasta ahora qué hacer con ellas. Sobre todo, todo tipo de raíces y nabos, como colinabos, apionabos, rábanos, boniatos, etc. En este caso era un brócoli el que esperaba en la nevera para ser cocinado. Ninguna novedad, brócoli, lo normal es que hubiera terminado cocido al vapor, con un refrito por encima y listo para acompañar a un poco de pollo, por ejemplo. 

   Pero una idea empezó a rondarme por la cabeza, hasta convertirse en una cabezonería: quería hacerme una crema de brócoli y Gorgonzola. Como últimamente no las tengo yo todas conmigo a la hora mis experimentos, decidí investigar un poco a ver si a alguien ya se le había ocurrido, o era yo la primera loca que echaba a perder un precioso brócoli por mezclarlo con lo que no debía... y nada más lejos de la realidad. 

   Parece ser que es un plato típico en Inglaterra, aunque allí se prepara normalmente con "Blue Stillton", su queso azul por excelencia. Así que no podía salir malo... ya estaba salivando antes de empezar a prepararlo, y el resultado no me defraudó para nada. Todo lo contrario, se ha convertido en una de mis cremas favoritas... 

   Esta crema se puede preparar con el queso azul que más os guste, pero a mi me parece que el punto no muy fuerte, aromático y dulzón del queso Gorgonzola le va perfectamente. Y la receta no puede ser más fácil. 

miércoles, 25 de junio de 2014

Strudel de espárragos y requesón


   En la anterior entrada os hablé del Strudel en la cocina austriaca. Lo versátil que es, que se puede preparar tanto dulce como salado... además, os animé a preparar en casa la masa de strudel casera en un paso a paso detallado que espero que os gustara y ayudara.

   Hoy os propongo un relleno de strudel que está riquísimo, en casa nos encanta. Una base de requesón que hace de cama para los espárragos. En este caso he usado blancos y verdes intercalados, pero se pueden hacer con los que tengáis. Es mejor que sean frescos, pero si se escurren bien y se secan con un papel de cocina, se pueden usar espárragos blancos de bote también.

   La masa de strudel es mus fácil de hacer en casa, de verdad. Pero si no os animáis o no tenéis tiempo, este strudel se puede hacer sin problema con masa de hojaldre o pasta filo.

   Un plato muy rápido y fácil de preparar, ideal para tomar templado, perfecto para una comida o merienda de verano.

jueves, 12 de junio de 2014

Masa de strudel, receta austriaca


   El strudel, el rey de la cocina austriaca. El strudel de manzana, uno de sus platos más internacionales. Pero el strudel es mucho más: se prepara dulce o salado, con cualquier relleno, de primero o de postre. Gigante, como les gusta hacerlos aquí. O pequeño, más manejable. 

   De verduras, de carne (pequeñito, para cortarlo en rodajas y ponerlo en la sopa), de patata, de manzana, de requesón, de frutos rojos... lo que queramos.

   ¿Y la masa? Pues aunque podemos usar hojaldre o pasta filo para facilitarnos la labor, la verdad es que preparar masa de strudel en casa es fácil y divertido. Espero que con las imágenes en movimiento que hemos preparado, no quede ninguna duda y os animéis a probar. 

   Hace unos meses hice un curso de strudel. Perfecto para aprender todas las posibilidades que ofrece, y para perder el miedo a prepararlo casero. Es todo cuestión de practicar un poco y jugar. Es una masa facilísima de trabajar, y además muy barata (agua, harina, aceite) así que perfecto para practicar sin miedo...

  ¿Vamos a ello?

jueves, 5 de junio de 2014

Ensalada César


   Todo el invierno sin pasar por el blog. Pero prácticamente sin pasar por la cocina tampoco. Mucho viaje, mucho deporte, muchísimo trabajo... así que nada de recetas nuevas. En caso de cocinar, a lo seguro, a lo conocido, a lo que echaba de menos. Pero he cocinado tan poco que el pinche se ha tenido que poner las pilas y encargarse él. Y no veáis lo bien que le ha venido que la mayoría de recetas estén aquí en el blog recogidas...

   La primavera nos ha traído más ganas aún de no parar por casa, de no encender la cocina más que lo necesario. Pero poco a poco he ido reconciliándome con ella, preparando cosas que tenía pendientes, incluso haciendo algunas fotos. Pero el exceso de trabajo me quitaba las ganas de ponerme a editar recetas al llegar a casa... Y así han pasado los meses.

   Así que vuelvo con una receta sencilla, rápida de preparar, ideal para estas fechas. ¿A quien no le gusta la ensalada César? Pues preparar la salsa en casa no cuesta nada. Son menos de 5 minutos. Y está buenísima. Mucho más sabrosa que cualquiera comprada. Y por supuesto, mucho más sana.  Probadla, os chuparéis los dedos, os lo aseguro.

   Y más fácil imposible: sólo hay que poner todos los ingredientes en el vaso de la batidora y batir. La salsa se puede tener lista con antelación (ojo, que lleva huevo, no dejarla más de un día en la nevera) o preparar en el momento. Y está buenísima con los ingredientes tradicionales de la ensalada César o como aliño de la que más os guste. O para preparar unos sandwiches de pollo...

   En casa la preparamos siempre igual: base de lechuga verde (nada de iceberg por favor, odio a quien inventó esa lechuga...), pollo ligeramente empanado (así empapa mejor la salsa), daditos de pan tostado y lascas de queso parmesano u otro muy curado. Se pueden añadir anchoas, pero a mi no me gustan. 

   La receta de la salsa la vi hace tiempo en el genial blog Mercado Calabajío y desde entonces la preparo a menudo, adaptada un poco a nuestros gustos. Le pongo mucho menos queso (aunque ya sabe muchísimo), menos ajo, sin anchoas...


   Probadla y me contáis:
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