Ya tenemos unas cuantas ideas para la cena de Halloween, ahora no puede faltar el postre. Y el chocolate siempre triunfa, y más si tiene un aspecto terrorífico como este cementerio...
El año pasado preparamos una mousse de chocolate con gusanos, y ahora os propongo esta otra idea original. En la cena de Halloween del año pasado Rossana fue la encargada de preparar el postre, y nos sorprendió con este plato, así que este año me toca a mi.
Al ir a buscar la receta para el Brownie, no lo he dudado. El Monstruo de las Galletas. Que pronto se va a cambiar el nombre al Monstruo del brownie, ya veréis. Los prepara de mil maneras, incluso hace fusiones de galleta brownie y magdalenas que te da un subidón de azúcar sólo de ver las fotos, que locura, ¡que rico todo! Así que allá que me fui y como siempre, todo un acierto. Un brownie clásico va perfecto para este cementerio, pero podéis hacer el que más os guste. He adaptado los ingredientes un poco, pero las instrucciones las he seguido al pie de la letra. 100% recomendable, ¡que delicia de brownie!
Como yo no soy muy manitas he decorado las galletas como he podido. Una glasa de azúcar y limón y unos caramelos de tubo para decorar. Pero puede hacerse también con chocolate, o con galletas decoradas con alguna técnica mejor, claro...
Ingredientes:
Para el brownie:
- 250g de mantequilla
- 140g de chocolate, cuanto más puro mejor
- 4 huevos
- 200g de azúcar
- 120g de harina
- Medio vaso de nueces
Para las tumbas
- Galletas cuadradas
- 2 cucharadas de azúcar glass
- Zumo de limón
- Pinturas comestibles o chocolate para decorar
Cómo preparar el cementerio de brownie para Halloween:
Lo primero, hacer el brownie.
Precalentamos el horno a 200º.
Derretimos la mantequilla y el chocolate. Yo lo hago todo junto al baño maría. También se puede hacer más rápido en el microondas, en periodos de 10-5 segundos, y siempre dando vueltas para que no se queme.
Batimos los huevos con el azúcar, lo justo para que se mezcle, y añadimos el chocolate con la mantequilla derretidos. Mezclamos e incorporamos la harina y las nueces partidas con las manos.
Como hay que sacar el brownie del molde y yo no tengo un molde cuadrado desmontable, he forrado uno con papel de horno, para poder sacarlo tirando sin problema. Se hace en un momento y sale solo.
Vertemos la masa en el molde y horneamos a 180º unos 20 minutos. Yo lo he tenido unos 24 porque lo quería más cuajado, para poder desmoldarlo bien y montar el cementerio. Para que esté en su punto justo, tenemos que pinchar con un palillo y que salga con un poco de masa pegada. A partir de ahí, si lo queremos más seco como en mi caso, unos minutos más y listo.
Sacamos, dejamos templar y desmoldamos.
Para decorar las galletas, ponemos el azúcar glass en un vaso y añadimos una cucharadita de zumo de limón. Mezclamos y vamos comprobando la consistencia, queremos una pasta que podamos extender y quede lisa, pero que no se resbale fuera de la galleta. Un poco más de zumo o de azúcar y probar. Es muy fácil.
Ponemos las galletas en una superficie lisa y las cubrimos con la glasa. Dejamos reposar sin tocar al menos una hora.
Decoramos con chocolate o con colores, haciendo cruces, inscripciones y sangre.
Tan sólo queda montar el cementerio. Colocamos el brownie en una fuente y cortamos porciones pequeñas. Con una espátula pequeña o con dos tenedores sacamos algunas de su sitio, descolocando el suelo como si fuera tierra removida.
Clavamos las lápidas, que no queden rectas, para que tenga más aspecto de abandonado...
¡Si es que los zombies están saliendo de sus tumbas!