Hace tiempo que tenía pendiente mostraros esta receta. Hace bastante que me compré la máquina de pasta, y aunque es algo que me encanta, utilizo muy poquito, más que nada por falta de tiempo, por no parar por casa. Pero la verdad es que con ponerse un rato a media mañana se prepara enseguida una fantástica pasta casera, que está buenísima y además es muy divertido, perfecto para un fin de semana lluvioso, por ejemplo.
Tenía muchas ganas de probar a hacer pasta rellena, estaba convencida de que era como realmente iba a sacar provecho a la maquinita. Y así ha sido. Me he estrenado con estos raviolis rellenos de espinacas y ricotta que saqué del blog de
Comer y Cantar, y que están buenísimos.
Para la salsa pensé en algo que no enmascarara el sabor del relleno, pero no me apetecía salsa de tomate. Así que opté por un poco de cebolla pochada, casi caramelizada, jamón serrano y pasas, que al relleno le iba estupendamente. Todo un acierto.
Ingredientes:
Para la pasta:
- 200g de harina
- 2 huevos
- 2 pizcas de sal
- 2 chorritos de aceite
Para el relleno:
- 1 bolsa de espinacas congeladas (o frescas)
- 1 tarrina de queso ricotta
- 1 puñado de piñones
Para acompañar
- 1 cebolla
- 1 puñadito de pasas
- 2 o 3 lonchas de jamón serrano
- Aceite de oliva
- Queso parmesano rallado
Preparación:
Lo primero que hay que hacer es preparar la pasta, mezclando todos los ingredientes, tal y como se indica en mi
receta de pasta casera. La dejamos reposar media hora por lo menos, mientras preparamos el relleno.
Para ello, cocemos las espinacas en abundante agua hirviendo con sal, unos 10 minutos. Cuando estén listas, las escurrimos muy bien, apretando con una cuchara contra las paredes de un colador, para que pierdan todo el agua. A continuación, le vamos añadiendo el queso ricotta hasta formar una pasta cremosa y consistente. Esto lo podemos hacer al gusto, pero yo empleé más o menos media tarrina. Añadimos unos piñones, unos 15, y mezclamos bien para que se repartan.
Una vez reposada la pasta, comenzamos a pasarla por los rodillos de la máquina, tal y como hacíamos para los tallarines. En este caso queremos una pasta muy fina, yo lo fui pasando por los rodillos cada vez más juntos hasta llegar al último o anteúltimo número de la rueda.
Una vez lograda una tira larga y fina de pasta, la cortamos por la mitad y colocamos bolitas de relleno sobre una de las mitades. Tienen que ser no muy grandes o los raviolis nos quedarán tremendos.
Tapamos con la otra mitad de la tira de pasta y con los dedos vamos apretando muy bien contra el relleno para cerrarlos y que salga todo el aire. Es importante para que luego no se rompan al cocerlos. Una vez bien apretados, con ayuda de un corta-ravioli, les damos forma. Los vamos separando de la masa y los colocamos sobre una bandeja enharinada hasta la hora de cocerlos sin que se amontonen o se pegarán unos a otros.
Si no tenemos este cortador redondo, podemos hacerlo con un cortador de pastas, o darles forma cuadrada con un cortapizzas, aunque quedan más bonitos con los bordes en zigzag.
Otra forma de rellenarlos es colocar el relleno de la misma forma, pero plegar la masa sobre sí misma para que los raviolis nos queden en forma de media luna.
Una vez terminados, los cocemos en abundante agua hirviendo con sal durante 4 o 5 minutos.
Salsa de jamón y cebolla:
En una sartén grande, ponemos a pochar la cebolla cortada en daditos con un chorrito de aceite a fuego muy suave. La mantenemos sin que se queme unos 15 minutos, para que nos quede prácticamente caramelizada.
Añadimos el jamón cortado también en daditos o tiras y las pasas y salteamos durante un minuto. Añadimos entonces la pasta recién cocida y salteamos para que se mezcle bien.
Servimos espolvoreando con queso parmesano rallado, ¡y a disfrutar de nuestra propia pasta casera rellena!