miércoles, 29 de abril de 2015

Mermelada de tomate


   En casa no somos muy de mermeladas. Si por mermelada nos referimos a las tradicionales que se toman en tostadas en todas las casas: melocotón, fresa, ciruela... 

   Lo que si nos gustan son las mermeladas extrañas, por ejemplo de verduras, para acompañar normalmente a una tabla de quesos, o carne de pato... las probamos todas: calabaza, higos, berenjena... y si llevan algún extra, como mostaza, aún mejor. Pero la verdad es que cada bote nos dura meses abierto, comemos muy poquito. 

   Pero con la mermelada de tomate es otra cosa. Nos encanta. Siempre que vamos a España nos traemos unos botes, ya que aquí no la encontramos. Nos encanta para desayunar con una tostada de semillas y queso crema. 

   Así que ahora que los tomates empiezan a saber poco a poco a lo que deberían saber, y los precios van bajando (y aprovechando que nos hemos quedado sin reservas de mermelada...), no hay mejor escusa para hacerla en casa. A mi me gusta con menos azúcar que la proporción habitual en las mermeladas clásicas. Aquí indico un tercio del peso del tomate, pero podríamos incluso ponerle menos cantidad. O más, ¡depende del gusto de vuestra casa! Probadlo y me contáis. 

   Esta mermelada está buenísima para acompañar a cualquier tipo de queso, como el crema de untar, o unas tostas de queso de cabra ligeramente derretidas en el horno. Para chuparse los dedos...


martes, 21 de abril de 2015

Trinxat de col y patata. Receta catalana


   Hoy vengo con un plato muy poco veraniego, pero que he descubierto hace poco y nos ha encantado. 

   Hace mucho tiempo que tenía en la lista de pendientes preparar colcannon, un plato de origen irlandes a base de patata y col. Así que cuando la semana pasada recibí con la cesta de verduras una preciosa col verde rizada, me puse a rebuscar la receta. Y cuando la leí más a fondo me recordó a algo... yo había visto algo similar a El Comidista no hacía mucho... y efectivamente. Así es como encontré el trinxat. Una forma catalana de preparar la col que nos ha encantado. 

   Buscando y rebuscando, he descubierto que no soy la única en ver las similitudes entre el colcannon y el trinxat, mirad si no que rico plato prepararon en Mercado Calabajío... tengo que probarlo también. 

    Mi trinxat es un poco adaptado respecto a la elaboración tradicional. Tiene menos patata que lo que debería, por eso de bajar un poco la cantidad de hidratos. Y lo preparé con col verde rizada, pero se puede hacer con cualquier col. 

miércoles, 15 de abril de 2015

Champis picantes al ajillo


   Hay platos sencillísimos, rápidos, baratos y que pocas veces se preparan en casa. Por falta de costumbre, porque lo típico es comerlos por ahí, por pereza, por no tener la receta correcta...

   Este además es un entrante que me llena de recuerdos y eleva el nivel de morriña a 100. Ayer me acordaba de la última vez que lo comí, en Getxo, estas navidades. Patri recién llegada de Shangai, después de un año. Yo recién aterrizada de Austria... nos pasamos todas las navidades comiendo todos los pintxos que se nos pusieron por delante. Creo que no hubo día sin pintxo... El día de los champis no teníamos ni hambre. Pero fuimos a por un vino, el camarero estaba terminando de montar unos sobre la plancha... y los champis se vinieron con nosotras a la mesa. Una vez allí los repartimos entre todos los que estábamos... no es que sea un pintxo que llene o que sea para compartir... pero que más daba, si aquello era sólo gula.

   Gula y ganas de estar juntas, de charlas y más charlas, de abrazos, menos de los que nos debíamos, de paseos junto al mar, de no parar de reir... os echo de menos chicas. ¡Pero que poquito queda ya para la siguiente ronda de pintxos!

   Y de mientras, me los preparo yo en casa. Nadie me mima más que yo misma, jejeje...

   Después de haber probado varias recetas para la salsa de ajos y guindilla para los champis (nada de champiñones, estos son champis), hace tiempo que me quedé con esta. A veces sale más más blanquita, a veces más colorada, depende del tomate que use, pero siempre igual de rica. Con ese punto (o más que punto) picante que tan bien pega con los champis...

   El truco, hacerlos despacito y a la plancha. Primero boca abajo, luego boca arriba, que suelten el juguillo... Los champiñones, lo más frescos posibles, grandotes. Los que veis en la foto son marrones, pero por supuesto lo normal es usar los blancos de toda la vida. 

miércoles, 1 de abril de 2015

Pollo al chilindrón


   Tal y como os contaba en las últimas entradas, la última aventurilla en la que me he embarcado son unos cursos de cocina española aquí en Linz. Muchos quebraderos de cabeza, buscar recetas típicas de distintas regiones, que se puedan preparar con ingredientes que se encuentren aquí a buen precio, que vayan a gustar a todo el mundo... 

   Mucho buscar, rebuscar, investigar, probar... rescatar recetas de toda la vida, como las patatas a la importancia, o probar recetas nuevas que nunca había preparado, como este plato que os traigo hoy: el pollo al chilindrón.

   A la hora de preparar las recetas, muchas veces he tirado de libros de cocina, de pedir recetas y opiniones a conocidos... pero también, por supuesto, de blogs de cocina. Uno de los que nunca fallan a la hora de buscar recetas impecables, tanto modernas como sobretodo tradicionales es Mercado Calabajío. Me habréis leído otras veces opiniones sobre él. y es que Carlos me vuelve loca con todas sus recetas, Sus paso a paso, sus fotos, los platos que se salen de la pantalla... y sobre todo, que nunca fallan. 

   Así que esta receta de Pollo al chilindrón viene adaptada de la de Mercado Calabajío. Mi salsa es más espesa. ¡Ay! que salsa, no se puede dejar de mojar pan... He utilizado menos jamón, que aquí en Austria es producto de lujo, y los pimientos son piquillos. 

   A la hora de elegir el pollo, a mi gusta usar contramuslos. Quedan muy jugosos, se quita bien la piel, y siempre tienen una buena tajada para comer. Por supuesto, se puede hacer la receta con un pollo entero troceado, con muslos enteros... No es conveniente hacerlo con pechuga de pollo, aunque sería más fácil de comer, pero ni tendría tanto sabor ni quedaría tan jugoso. Los contramuslos dan más trabajo pero merece muchísimo la pena. 

   Una receta que no podeís perderos. Aunque yo no lo había preparado nunca, es un plato que había probado varias veces y que estaba deseando aprender a cocinar. Y desde luego a mi casa ha venido para quedarse: sabor intenso, de chuparse los dedos, de toda la vida, con ingredientes sencillos pero aromas que inundan toda la cocina... ¿no os apetece un platito?
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