Tarta fresca de queso y mango con All-Bran

   Este rico postre es mi segunda aportación al concurso de recetas de All-Bran, después del graten de verduras. 

   Es una tarta fresca de queso. No lleva horno, tan sólo un poco de reposo en el frigorífico. Tampoco lleva azúcar más que el propio del mango. Es resultado es una tartita individual muy poco dulce y muy refrescante, que nos ha encantado. 

   El requesón o ricota es un queso fresco estupendo, ya que al elaborarse a partir del suero de leche, tiene una concentración mayor de proteínas incluso que la propia leche, sin apenas grasa. Claro que le añadimos un poco de queso crema para darle consistencia, que sí que tiene mucha grasa, pero el resultado es un postre equilibrado, fresco y con fruta, además de la fibra de los cereales. 

   En este caso hemos utilizado para la base almohadillas All-Bran Choco trituradas. Tampoco son muy dulces, y tienen un ligero sabor a chocolate que combina estupendamente con el resto del postre.

   Para hacer el postre necesitamos dos aros de emplatar pequeños. Si sólo tenemos uno, como es mi caso, podemos tener los ingredientes listos y fríos, montamos una de las tartitas, dejamos enfriar media hora, desmoldamos y montamos la otra, que deberá reposar otra media hora. Una vez tomada la forma y reposada, no la pierde por no tener el aro.

Ingredientes (para 2 personas):

   - 50g de almohadillas All-Bran Choco + 4 almohadillas más para decorar

   - 1/2 mango

   - 125g de requesón o ricota

   - 50g de queso tipo crema

   - 2 cucharaditas de mantequilla a temperatura ambiente

   - 1/4 de cucharadita de jengibre en polvo (opcional)

   - 1 cucharadita de azúcar

   - Para decorar: physalis, frambuesas u otra fruta vistosa

Cómo preparar la tarta fresca de queso y mango con All-Bran:

   Ponemos los All-Bran en una bolsa de congelar y los machacamos, hasta tener tan sólo hilitos pequeños. Para ello podemos pasarle un rodillo por encima o simplemente apretar con las manos.

   Los ponemos en un cuenco y mezclamos con la mantequilla y el jengibre, hasta que quede todo bien integrado. Colocamos cada uno de los aros en el plato en el que serviremos el postre y repartimos la mezcla en la base, apretando bien para que quede compacto y liso.

   Pelamos el medio mango y separamos la pulpa en dos. La mitad la ponemos en el vaso de la batidora y le añadimos una cucharadita de azúcar y un par de cucharadas de agua (también pueden ser de licor o ron). Trituramos con la batidora hasta tener un puré fino que reservamos en la nevera.

   Picamos el resto del mango en cuadraditos lo más pequeños que podamos y los mezclamos con los quesos. Cuando esté bien mezclado, repartimos esta crema sobre las bases dentro de los aros, apretando y alisando.

   Reservamos en el frigorífico al menos media hora.

   A la hora de servir, retiramos el aro. Dando unos pequeños golpecitos suaves y moviendolo un poco, cae por su propio peso. Decoramos con un par de almohadillas de All-Bran Choco y unos Physalis y acompañamos del puré de mango. 

Fuente receta: Libro easy Light und leker