lunes, 27 de diciembre de 2010

Crema de col lombarda


   Desde que estoy en Viena me estoy aficionando (aún más) a todo tipo de cremas, purés y sopas, remedio perfecto para entrar en calor entre nevada y nevada. Así que cuando vi esta crema de col lombarda en el blog de La Tarte Divine no pude resistirme.

   La lombarda es una de nuestras verduras favoritas, aunque solíamos tomarla siempre con salchichas o en empanada con queso feta. Y esta cremita se ha convertido ya en otra de nuestras cremas del invierno. En la foto aparece acompañada de crujiente de puerro y lombarda frita, pero tal y como sugiere la receta original, al día siguiente le pusimos unas lascas de parmesano (a falta de Idiazabal) y estaba buenísimo también.

   Además tiene un color precioso, que cambia de tonalidad según esté más o menos caliente. Y ya sabeis que a mi las comidas "bonitas" me encantan.

Ingredientes:
   - 1 col lombarda pequeña o media grande
   - 2 puerros
   - 1 cebolleta
   - 1 vaso de leche entera
   - Aceite de oliva, sal
   - Para adornar: lascas de un buen queso curado

Preparación:
   Cortamos la col en tiritas finas, y reservamos unas pocas muy finitas para decorar. Cortamos también el puerro (reservando un trozo de unos 3 cm) y la cebolleta. Lo ponemos todo a pochar en una cazuela con un hilito de aceite. Salteamos unos 5 minutos, añadimos sal y cubrimos con agua.

   Dejamos cocer a fuego medio unos 20 minutos. Pasado este tiempo, trituramos con la batidora hasta lograr una crema fina y añadimos la leche.

   Mientras se hacen las verduras, en una sartén con un chorro de aceite bien caliente, freímos las tiritas de lombarda que habíamos reservado, sin parar de remover durante unos 3 minutos. Las retiramos y dejamos sobre un papel de cocina para que suelten el aceite sobrante. Hacemos lo mismo con el puerro cortado en tiritas finas, con mucho cuidado ya que se quema rápido. Escurrimos y reservamos.

   Servimos la crema bien caliente coronada del crujiente de puerro y la lombarda o unas lascas de queso. Ya puede hacer fuera el frío que quiera, que con esta cremita no tendremos problema alguno.


   Espero que estéis pasando unas fiestas muy especiales con todos los vuestros y que entréis con muy buen pie en el año nuevo.

   ¡Feliz Navidad y un maravilloso 2011 a todos!


martes, 21 de diciembre de 2010

Glühwein, vino caliente - Mercadillos de Navidad - Calendario de Adviento



   Que ilusión participar en el calendario de Navidad que cada año organiza Noema. Yo soy el día 21, ¡ya no queda nada para Navidades! Así que lo primero dar la bienvenida a todos los que llegueis nuevos, y saludar a los conocidos.


   Ya estoy de vacaciones, disfrutando de Getxo que me recibe lluvioso para que me vaya acostumbrando, pero os traigo una costumbre que me ha gustado mucho de Viena: Los mercadillos de Navidad. Igual que el resto de Austria y Alemania, al acercarse las fechas Navideñas, Viena se llena de mercadillos. Los hay más tradicionales, más turísticos... Pero en todos ellos ves a grupos de austriacos reunidos para disfrutar de un Glühwein (vino caliente) o en Viena más típico aún, un Punsch.


   Sería algo parecido a irse de cañas, pero aquí lo reservan para Navidad. Y el Glühwein, o lo detestas, o te engancha. Y a mi me ha enganchado. Algunos llevan mucho clavo, y entonces no me gustan tanto, pero me decanto por un Punsch, mucho más dulce, y listo. Como entona el cuerpo... al principio calienta las manos, y luego ya no te enteras del frío.

   Y por supuesto adornos, bolas, galletas, más adornos. Y mucha artesanía también: gorros, guantes, velas, jabones, figuras... Los mercados navideños en sí son preciosos, sobretodo los primeros días que estaban nevados, pero para mí, lo más entrañable, calentarse con una buena taza de vino caliente.


   El algunos mercadillos hay también puestos de comida, pero no es lo más típico, en todo caso unas tostas frías, o dulces, para asentar el estómago... y seguir bebiendo. La mayoría de las fotos que veis son del mercadillo del Rathaus, el ayuntamiento, que es el más grande y turístico, y el que menos gusta a los vieneses. Son de la visita que nos hicieron mis padres, que han sido los más rápidos en venir a vernos.


   Y aquí va la receta, para que vosotros también podáis brindar estas navidades. Lo he hecho con vino de Rioja, que como es más fuerte, lo he diluido en la misma cantidad de agua. Si tenéis un vino más suave, podéis poner menos agua. Y las especias, al gusto. Como os he comentado, a mi no me gusta el clavo, pero podéis ponerle todo el que queráis. 


Ingredientes:
   - 1 botella de vino tinto (750ml)
   - 3 vasos de agua
   - La peladura de media naranja
   - Especias: 1 rama de canela, 1 anís estrellado, 1 trozo de jengibre, 1 clavo de olor...
   - 2 cucharadas de azúcar

Preparación:
   En una cazuela ponemos a fuego medio todos los ingredientes menos el azúcar. Sin que llegue a hervir (esto es importante) lo dejamos a fuego medio unos 30 minutos. 

   Pasado este tiempo, lo colamos y añadimos el azúcar, y dejamos cocinar otros 5 minutos. 

   Servimos muy muy caliente, siempre en buena compañia y en tazas de barro o cerámica. 

Prost!

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Vanille Kipferl - Galletitas de Navidad


   Lleva quince días nevando. Viena en Navidad es precioso. Las luces, los mercadillos, ¡y este año la nieve! Y pasta, pastas y más pastas. En Austria en Navidad se hacen pastas. Durante todo el adviento, y se guardan para Navidad. "Tienen que reposar". No hay más que ver el ataque "galleteril" que le ha dado a Maite este año...

   Yo no llego a tanto, pero no quería irme de vacaciones a casa sin hacer unas lunitas de vainilla que son tan típicas por estas fechas. La receta la he adaptado de esta, después de dar unas cuantas vueltas, pero no se muy bien cual es la fuente real, ya que la he visto literalmente escrita en un montón de páginas... 


   Tienen un sabor buenísimo a almendras y avellanas... me encantan. Y además, así llego a tiempo al concurso de recetas navideñas de Lazy Blog, y Santa Teresa ¡que no creía que fuera posible! Una vez más, Paco, ¡gracias por organizarlo y meterte en estos "fregaos"!


   Estas galletitas son ideales para disfrutarlos con un té calentito mientras ves nevar por la ventana. Sofá, manta, un buen libro y Vainille Kipferl...

Ingredientes:
   - 135g de harina
   - 40g de almendra molida y 35g de avellanas molidas. Pueden variar las proporciones, pero que sean 75g en total
   - 50g de azúcar
   - 150g de mantequilla
   - 1 huevo
   - 1 cucharadita de azúcar avainillado
   - Para decorar: azúcar glás y azúcar avainillado

Preparación:
   Mezclamos todos los ingredientes hasta hacer una masa blanda. Si se pega mucho a las manos podemos añadir más harina, yo le puse unos 20g más en total. Pero en cualquier caso debe quedarnos una masa muy blanda. 

    Dejamos enfríar en la nevera tapada con film al menos una hora, para que endurezca. Si no, no podremos darles forma.


   Una vez pasado este tiempo, precalentamos el horno a 180º. Vamos sacando la masa de la nevera en pequeñas porciones, ya que se ablanda enseguida. Con la porción que saquemos, hacemos un macarrón largo de 1cm de diámetro aproximadamente, y lo cortamos en trozos de unos 4-5cm. Le redondeamos las puntas y le damos forma de media luna. Aquí en Viena venden unos moldes para que te salgan todas exactamente iguales, pero la forma tradicional de hacerlas en esta, y tiene su encanto esas pequeñas diferencias.

   Las vamos colocando en una fuente con un papel de horno o bandeja antiadherente, volvemos a sacar otra porción de masa y seguimos moldeando.


   Las horneamos unos 15 minutos, aunque cada horno es un mundo. En cuanto empiecen a dorarse ya están listas. Tan sólo queda espolvorear con azúcar glas y azúcar avainillado cuando aún están calientes, ¡y a disfrutar!


lunes, 13 de diciembre de 2010

Carrilleras de ciervo cascajares sobre puré de patata

   
   Tengo esto cada día más abandonado, lo se, pero entre unas cosas y otras, últimos muebles, la primera visita en Viena, de mis padres, mercadillos navideños y un catarro de espanto no entro ni en la cocina...

   Hace tiempo me enviaron de Cascajares algunos productos para que los probara, ¡y revisando fotos me he dado cuenta de que no os las había enseñado!

   Carrilleras de ciervo y de cordero, muslos de gallo, rabo de toro... tenían todos una pinta estupenda, no teneis más que ver estas carrilleras de cordero, que estaban buenísimas. Vienen en una lata con su salsa, y con grasa de pato (que desechamos, o aprovechamos para hacer unas patatas, como hizo Paco) para conservarlas, y la mayoría de los platos tan sólo necesitan ser calentados en el horno y listos para servir.

   La verdad es que lo que he probado me ha sorprendido por su calidad. Se nota que están hechos pensando en comidas algo más especiales, porque en un momento puedes tener listo un plato de fiesta sin mancharte las manos. 


   Yo las acompañé de un puré de patatas que emplaté usando un aro para que quedara más vistoso. El puré de patatas es algo que nunca me ha llamado mucho la atención, siempre me ha dado la sensación de que enmascara, suaviza, el sabor de los platos a los que acompaña, y por eso le tengo un poco de manía.

   Pero reconozco que nos acompaña perfectamente a cualquier plato con salsa (o también a algo sin ella, claro), es facilísimo de preparar, podemos hacerlo más o menos espeso dependiendo de como vayamos a usarlo. Se le pueden dar sabores: con queso, con hierbas... y sirviéndolo con un poco de mimo, nos sirve para decorar el plato, como lo he hecho yo, con un aro de emplatar, o por ejemplo, con una manga pastelera.

Ingredientes puré de patata:
   - 2 patatas grandes
   - Sal
   - 2 cucharadas de mantequilla
   - Un chorro de leche

Preparación:
   Cocemos las patatas hasta que al pincharlas con un tenedor o un palillo no ofrezcan mucha resistencia. Las escurrimos, dejamos enfriar unos minutos y las pelamos.

   Podemos aplastarlas con un tenedor, incluso con la batidora, pero a mi me gusta más con el pasapuré. Cuando las tengamos aplastadas, aún calientes, añadimos la mantequilla para que se funda con el propio calor. También podemos añadirle aquí un poco de queso o unas hierbas o especias, como tomillo, o pimienta...

   Por último, añadimos leche hasta conseguir la consistencia que más nos guste. En mi casa siempre se ha hecho bastante líquido, pero en este caso yo lo quería algo denso, para que sujetara a las carrilleras, y fue suficiente con un 1/4 de vaso aproximadamente.


Carrilleras de cordero Cascajares sobre puré de patata.
   Abrimos la lata y con cuidado separamos las carrilleras y su salsa de la grasa de pato, que es blanca y más sólida, con lo que la distinguiremos bien. Esta última la desechamos.

   Colocamos las carrilleras y la salsa en una fuente de horno y las calentamos el tiempo que indica en el envase (lo siento, las probé hace tiempo y no lo recuerdo).

   Mientras, con un aro, vamos colocando el puré de patata en los platos, que quede bien prieto, para que se mantenga.

   Colocamos las carrilleras sobre el puré y su salsa sobre ellas, y damos un último golpe de horno de unos 5 minutos, para que termine de soltar la salsa y la patata coja sabor.

   Y a disfrutar. A mi me han gustado mucho, os recomiendo esta marca para alguna ocasión especial, o para tener de fondo de armario para un día que querais daron un pequeño homenaje... Otro día os enseñaré los muslos de gallo de corral, que están también buenísimos. 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Macarrones con crema suave de Philadelphia, y resultado del sorteo


   Podría llamar a este plato "Pasta a la vienesa", porque es un plato de pasta que he repetido varias veces desde que estoy aquí, y que me tiene enganchada.

   Es una cosa de esas que surge por casualidad un día que tienes poco tiempo y mucha hambre, y que vas preparando la salsa mientras se cuece la pasta, añadiendo ingredientes de fondo de nevera...

   La idea de saltear los macarrones en mantequilla se la he copiado a mi hermana. No es muy ortodoxo, pero os aseguro que cogen un punto totalmente increíble. Un día os enseñaré su peculiar plato de pasta "de los sábados"...

   Por otro lado, quería agradeceros los comentarios de felicitación por mi primer año en el blog, muchísimas gracias a todos. Y como lo prometido es deuda, aquí tenéis el resultado del sorteo: he tenido 52 comentarios (incluyendo un par de ellos que han llegado hoy), y con mediante Random.org el número elegido ha sido:

   Es el comentario de La Cocinera de Bétulo. ¡Enhorabuena! No voy a desvelar aún que es el regalito para no desvelar la sorpresa. Pasaros por su blog, que está lleno de cosas riquísimas, ¡no os las podeis perder!

   Y no me enrollo más y aquí va la receta, que teneis que probarla sin falta (aunque las fotos no le hacen justicia...)

Ingredientes, por persona:
   - 100g de pasta corta: macarrones, lacitos...
   - 1/2 cebolla
   - 1 tomate pequeño
   - 1/2 pechuga de pollo, yo lo hice con un trozo que tenía reservado para una ensalada
   - Champiñones (opcional)
   - 1 chili rojo pequeñito, o una cayena (opcional)
   - 1 cucharadita de mantequilla
   - 1 cucharada grande de Philadelphia (normal o light)
   - Sal, aceite de oliva, pimienta negra

Preparación:
   Cocemos la pasta en abundante agua con sal, el tiempo indicado por el fabricante.

   Mientras, hacemos la salsa. Ponemos a pochar la cebolla cortada pequeñita con un chorrito de aceite y una pizca de sal. Añadimos si queremos el chili limpio y sin pepitas, muy picado. Si vamos a usar cayena en vez del chili yo prefiero añadirla a la vez que el pollo, al final.

   Cuando empiece a ablandarse la cebolla, añadimos el tomate también muy picado (y si queremos los champiñones) y salteamos un par de minutos. Añadimos por último el pollo en taquitos pequeños, otra pizca de sal, un poco de pimienta, salteamos hasta que se haga y reservamos.

   En cuanto la pasta esté hecha, la escurrimos. En una sartén (la que habíamos usado para la salsa vale, si hemos retirado esta, o la propia olla de la pasta) ponemos la mantequilla, y en cuanto se derrita, añadimos los macarrones. Salteamos un minuto, con mucho cuidado de que no se peguen, que se queman enseguida.

   Añadimos la salsa que teníamos reservada, mezclamos bien, e incorporamos una cucharada de philadelphia, o un poco más. Tarda un poco en disolverse, tenemos que ir dando vueltas para que se mezcle por todo hasta que estçe bien mezclado. Podemos añadir más queso si vemos que no queda bien repartirdo, pero con una cucharada grande o un poco más por persona debería ser suficiente.

   El resultado es una pasta con una salsa cremosa pero suave, mucho más ligera que si usaramos nata, y que no se seca enseguida como pasa con otras, aunque hay que servirla inmediatamente en cualquier caso. Ya me direis si os gusta, ¡porque a mi me tiene enganchada!

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