Si, hoy hace 4 años que de la manera más tonta decidí abrir un blog y contar mis experimentos en la cocina.
Cuatro años después, aquí estoy, con un blog al que no dedico el tiempo que me gustaría, pero que me sigue dando muchísimas satisfacciones. Sigue motivándome a probar y descubrir recetas nuevas, a mejorar en la fotografía. A compartir, con familia y amigos, con la gran comunidad de Facebook y Twitter, y también con tanta gente anónima que pasa por aquí.
El blog empezó en Madrid, siguió en Viena y ahora lo escribo desde Linz. Mi manera de cocinar ha ido cambiando, he ido aprendiendo técnicas, recetas, formas. Me he ido comprando y me han regalado un montón de cacharritos que no hacen mi vida más fácil, pero si más divertida en la cocina, y mis cajones mucho más pequeños... Libros de recetas que casi no utilizo, pero que me encanta hojear.
Probablemente cocino mejor, pero sólo por el hecho de haber practicado más, y por intentar superarme un poquito cada día.
Me encanta que me dejéis comentarios. Como sabéis mis recetas intentan ser sencillas y poco elaboradas, por eso cuando alguien me escribe un mail diciendo que ha descubierto mi blog, suele ser alguien que me comenta que está aprendiendo, que comienza a animarse con los fogones, que quiere probar recetas nuevas. Y no os imagináis la ilusión que me hace. Cada comentario, aunque a veces tarde siglos en contestarlos...
La misma ilusión que cuando veo que a pesar de lo poco que publico, el número de visitas no baja prácticamente. Que cada día me sigue más gente en Facebook y en Twitter (cifras realmente abrumadoras, en serio). Que me comentéis que os gusta una receta. O una foto.
Así que gracias. Mil millones de gracias por estos cuatro años.
Y mil gracias a mi amiga Ana, que me ha hecho la ilustración del post y me ha animado a escribir unas líneas. Seguro que ella no pretendía que me pusiera así de ñoña, pero ella se lo ha buscado. Gracias Ana.
Así que basta de sentimentalismos. Ya estáis todos poniendoos el delantal y cocinando algo rico. Que no cuesta nada cocinar un ratito cada día y hacernos la vida más rica, sana, económica, ¡y divertida! Yo por mi parte me voy a celebrarlo haciendo un curso de galletas Navidad, una de las tradiciones austriacas durante el adviento... pronto os lo contaré.
GRACIAS